5 formas en que el sentimiento de ansiedad cambia la forma en que pensamos

El miedo y la ansiedad están estrechamente relacionados. Ambos contienen la idea de un peligro o posibilidad de lesión. Experimentar el miedo es saber que estás en peligro. En general, el miedo se ve como una reacción a un peligro específico y observable, mientras que la ansiedad se ve como una especie de miedo desenfocado, sin objeto y orientado hacia el futuro. El miedo es la ansiedad que está asociada a una cosa o circunstancia específica. Por ejemplo, las preocupaciones sobre la muerte tienen más probabilidades de tomar la forma de ansiedad persistente que el miedo específico. La naturaleza ambigua de la ansiedad hace que sea difícil de superar. Si no conocemos la fuente de nuestra ansiedad, es difícil lidiar con el problema.

Las personas ansiosas también sufren de sesgos de interpretación al responder a la incertidumbre y las amenazas. Las personas con trastornos de ansiedad experimentan esto en el extremo.

1. Hipervigilancia. Las personas ansiosas prestan demasiada atención a las amenazas. En casos extremos, casi cualquier cosa puede ser amenazante y desencadenar un comportamiento defensivo. Las amenazas captan la atención y la dirigen a la amenaza. Por ejemplo, las señales sobre la araña capturan la atención de las fobias araña y dirigen a la amenaza. Las personas con trastorno de pánico pueden estar inusualmente adaptadas a las sensaciones corporales que pueden indicar un ataque. Este enfoque en las amenazas puede evitar que se preste atención a otros factores que en condiciones normales podrían mejorar la respuesta sesgada.

2. Capacidad deficiente para saber la diferencia entre amenaza y seguridad. Las personas con trastornos de ansiedad a menudo experimentan problemas de capacidad para detectar la diferencia entre el peligro y la seguridad. Por ejemplo, una persona ansiosa solo puede sentirse segura en situaciones sociales si es atendida por un amigo. Desde hace tiempo se considera que este sesgo implica una falla de la corteza prefrontal para regular adecuadamente el cerebro emocional (amígdala).

3. Evitación. El miedo y la ansiedad son sentimientos desagradables y las personas temerosas o ansiosas quieren eliminarlos. La evasión es una característica importante de los trastornos de ansiedad para evitar la exposición a las amenazas. La evitación se vuelve tan habitual que el cerebro nunca tiene la oportunidad de reconocer entre la amenaza y la seguridad. Con el tiempo, la persona ansiosa cree falsamente que la opción de evitar evitó el peligro.

4. Reacción excesiva a la incertidumbre. La incertidumbre es el caldo de cultivo de la ansiedad. Las personas con ansiedad tienen problemas para tolerar la incertidumbre o la amenaza. La incertidumbre sobre el futuro y cómo prepararse para varios posibles resultados es un factor importante en los trastornos de miedo y ansiedad.

5. Exageración de la importancia y probabilidad de la amenaza. Las personas con trastornos de ansiedad consideran que los eventos negativos son mucho más probables y, como resultado, esperan consecuencias más graves. Este sesgo conduce al estrés anticipatorio cuando se prevé cualquier resultado negativo, sin importar cuán improbable sea el resultado. El proceso de explotar las cosas desproporcionadamente lleva al terapeuta a hacer preguntas automáticas del tipo "¿y si …?" Y al hacerlo, el individuo ve el peor de los casos. Por ejemplo, alguien con ansiedad por la salud cree que las sensaciones o cambios corporales son indicativos de una enfermedad y experimentan una ansiedad que está fuera de proporción con el grado objetivo de riesgo médico.

Similar a un pianista de concierto, una persona ansiosa desarrolla músculos del cerebro (vías neuronales) de ansiedad a través de horas de práctica diaria. La investigación muestra que enseñar a las personas a reevaluar los estímulos emocionales puede reducir los juicios sesgados y también frenar la actividad de la amígdala. Por ejemplo, los participantes que son instruidos para pensar en algo agradable cuando se presenta un estímulo con carga negativa califica el estímulo como menos excitante.