5 preguntas para convertir cualquier desafío en crecimiento

Cómo encontrar las oportunidades para aprender en momentos difíciles con nuestros niños.

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A pesar de una media docena de recordatorios, varios temporizadores se apagan y varias advertencias de “avisos”, cuando es hora de que su hija salga de su iPad y venga a la mesa, Charlotte se encuentra en la misma lucha de poder que ha tenido. Lo que se siente cientos de veces antes.

Cuando Charlotte engaña, suplica o levanta la voz, ella se frustra y se enfada. ¿No deberíamos haber pasado esto ya? ¿Por qué seguimos enfrentándonos a lo mismo de siempre?

¿Te identificas?

Situaciones como estas se desarrollan en los hogares todos los días. Y dejan a los padres la opción de hacer:

Opción 1: interactuar con nuestro hijo desde un lugar de frustración e invariablemente escalar las cosas.

Opción 2: dar un paso atrás, desenredar nuestras emociones y buscar la oportunidad de aprendizaje (porque hay una … cada vez).

En este momento, la opción dos puede ser difícil de lograr, pero cuando podemos manejarlo, no solo difundiremos más rápidamente esas emociones intensas e intensas, sino que también aprovecharemos el potencial para el desarrollo genuino de habilidades rezagadas. Lo mejor de todo, en lugar de que tanto el padre como el hijo se sientan molestos e incomprendidos, hacemos espacio para una conexión más cercana.

5 preguntas para convertir cualquier desafío en una oportunidad de aprendizaje

La próxima vez que te encuentres en una lucha de poder o conflicto con tu hijo, especialmente cuando te encuentres en un circuito negativo, responde estas cinco preguntas como una forma de transformar el desafío en crecimiento:

1: ¿Qué estás haciendo esta situación significa para ti?

Aquí es donde debemos comenzar, porque si el comportamiento de nuestro hijo nos desencadena, casi siempre lo hacemos porque su elección significa algo para nosotros: quiénes somos, cómo nos percibe nuestro hijo, qué tan bueno (o malo) somos como padres Cuando tenemos una fuerte reacción emocional a algo que nuestro hijo está haciendo, debemos preguntarnos: ¿Qué significa esto?

Por ejemplo: Ella no me respeta. Ella no debería ignorarme. A ella no le importa nuestro acuerdo compartido.

2: ¿De qué manera el desafío o la situación resalta una brecha en las habilidades o habilidades de su hijo?

Al reconocer que lo que nuestro hijo no puede hacer en este momento es el resultado de las habilidades rezagadas, la situación deja de ser personal. En cambio, se convierte en una oportunidad para ver mejor a nuestro hijo tal como es ahora e identificar áreas para el crecimiento futuro.

Ella lucha por predecir cuánto tiempo toman ciertas tareas. Ella rechaza que otros le impongan exigencias. Ella tiene dificultades para dejar una tarea a medio terminar.

3: ¿Qué puede aprender su hijo del desafío o situación?

Absolutamente cada desafío con nuestro hijo presenta una oportunidad para desarrollar una habilidad en un área donde él o ella tiene déficits. Es importante que nosotros, como padres, nos demos tiempo para identificar las lecciones relevantes y consideremos la mejor manera de inclinar el desafío hacia el crecimiento.

Puede aprender que cuando comunica respetuosamente sus necesidades, no solo evitará conflictos, sino que también puede ayudar a encontrar una solución que se sienta bien para todos los involucrados.

4: ¿Qué puedes aprender sobre ti mismo a través de este desafío o situación?

Cada vez que nos apoyamos, reflexionamos y reencuadramos durante estos momentos difíciles, aprendemos más sobre nuestros propios desencadenantes personales y la respuesta al conflicto y, como resultado, nos damos la oportunidad de expandir nuestro propio coeficiente intelectual emocional.

Ser ignorado presiona mis botones, pero detenerme por un momento y respirar profundamente me ayuda a resistirme a responder por frustración o molestia. Después de que el momento haya pasado y ambos estemos tranquilos, podemos tener una conversación significativa.

5: ¿Cómo puede profundizarse su relación con su hijo como resultado del desafío o la situación?

Esta es mi pregunta favorita de todos ellos. Porque si seguimos con las primeras cuatro preguntas, saldremos del otro lado de un conflicto sintiéndonos más conectados con nuestro hijo que antes. Empatía, respeto y ser escuchado, tanto para el niño como para el padre, es la materia de la que se forman las relaciones sanas.

Podemos recordar que ambos estamos experimentando esta situación a través de nuestra propia lente, pero compartimos los mismos valores de amor y respeto mutuo. Estamos en el mismo lado. Y cuando trabajamos juntos, nos sentimos más conectados que nunca.