5 razones por las que comemos más de lo que creemos

La ley de la disminución de la satisfacción (cansarse de las cosas), un concepto básico en economía, nos dice que casi todo el mundo experimenta un descenso en el disfrute con el consumo repetido. Aunque las personas pueden encontrarlo particularmente agradable cuando empiezan a comer, el concepto prácticamente garantiza que este disfrute será temporal. Por lo tanto, debería ser fácil saber cuándo estamos comiendo más allá del punto en que ya no es placentero. Sin embargo, los siguientes factores muestran que nuestros estómagos no son buenos para decirnos cuándo dejar de comer (Wansink & Chandon, 2014). Tendemos a comer más allá de la saciedad subjetiva. Conocer estos factores puede ayudarnos a comer menos (Mann, 2015).

1. La palatabilidad de los alimentos

Comer es una fuente importante de placer. La comida palatable (comida sabrosa) se refiere a aquellos alimentos que tienen la capacidad de estimular el apetito y nos impulsan a comer más. Tienden a ser azucarados, grasosos y salados. Cuanto mejor sea la degustación de la comida, más comeremos. Los alimentos palatables pueden activar los circuitos de recompensa en el cerebro y tienden a estimular la alimentación.

2. Tamaño de la porción

El tamaño de la porción es importante. Hay muchas pruebas de que cuanto mayor sea la porción, más comerás. Cuanto más grande sea el tamaño de la placa, más podrá comer a causa de las porciones. Cuando a las personas se les sirve una porción de comida, tienden a suponer que el tamaño de la porción define la cantidad razonable de comida que deben comer.

3. Variedad de alimentos

La variedad de alimentos aumenta el apetito (Rolls, 1986). Cuando las personas consumen una variedad de alimentos, tienden a comer en exceso. Los alimentos variados actúan como estímulos novedosos y ralentizan el proceso de habituación. Esto explica por qué siempre tenemos espacio para el postre. La propensión a buscar y responder a la variedad de alimentos puede ser un fenómeno evolutivamente ventajoso que puede haber surgido para garantizar una ingesta equilibrada de nutrientes.

4. Distracción

La distracción conduce a comer en exceso. Las distracciones nublan nuestra mente e interfieren con nuestra capacidad de controlar nuestra alimentación. Un distractor (televisión, videojuegos, hablar con amigos) sirve para eliminar la información sobre los alimentos almacenados en la memoria a corto plazo, lo que ralentiza la tasa de habituación. Cuando estamos mentalmente distraídos, los sabores son menos intensos, por lo que podemos comer en exceso para compensar el sabor suave.

5. Estrés comiendo

En general, la tristeza aumenta la alimentación indulgente (Gardner et al, 2014). En un mundo donde la gente a menudo se siente bajo estrés, la comida es escapar. El estrés aumenta el valor de recompensa de los alimentos sabrosos porque estimula la liberación de opioides, lo que disminuye la respuesta al estrés. Además, a través de experiencias repetidas, las personas pueden aprender que comer alimentos reconfortantes puede reducir algunos de los efectos desagradables del estrés.

Referencia:

Brian Wansink y Pierre Chandon. (2014) Delgado por diseño: Redirigir los controladores accidentales de comer en exceso sin sentido. Journal of Consumer Psychology 24: 3, 413-431.

Gardner, Meryl P., y col. (2014), ¿Mejores estados de ánimo para una mejor alimentación ?: Cómo influye el estado de ánimo en la elección de los alimentos. Revista de Psicología del Consumidor. Vol 24, número 3, páginas 320-335.

Mann, Tracy (2015). Secretos del laboratorio de comidas: la pérdida de peso de la ciencia, el mito de la fuerza de voluntad y por qué nunca debes volver a hacer dieta. Harper Wave.

Rolls BJ. 1986. Saciedad sensorial específica. Nutr Rev. 44: 93-101