7 maneras de usar la ansiedad para mejorar el rendimiento

La investigación continúa vinculando la ansiedad moderada con el rendimiento óptimo.

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El rendimiento óptimo es algo que muchos de nosotros luchamos en nuestras vidas, pero usar la ansiedad para lograrlo no es algo que muchos consideremos, o incluso creemos que es posible. Y, sin embargo, la correlación entre el estrés moderado y el rendimiento máximo se ha establecido durante casi 100 años de acuerdo con la Ley Yerkses Dodson que se descubrió originalmente al investigar el rendimiento de los animales en un laberinto en condiciones de estrés.

Quizás el pensador más influyente en el desempeño óptimo humano es el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, quien acuñó el término flow con la publicación de su libro con el mismo título en 1990. Flow se ha descrito como la experiencia óptima de participar en la productividad máxima, que combina esfuerzo, Lucha y ansiedad por crear la excitación y el enfoque necesarios. El estrés y la ansiedad son una parte clave de la ecuación de flujo, y sin ellos, el rendimiento óptimo no puede ocurrir.

A medida que la ciencia de la ansiedad continúa evolucionando, se entiende más sobre el papel de la ansiedad para ayudar a proteger y motivar el comportamiento óptimo, a pesar de su reputación común de ser simplemente un síntoma problemático. Los clínicos saben que los enfermos de ansiedad mejoran cuando escuchan su ansiedad racional, y luego la usan para hacer algo sobre los problemas que habitualmente señala.

 Alicia H. Clark

Yerkses Dodson Law

Fuente: Alicia H. Clark

Reunir la ciencia que respalda el papel de la ansiedad en la conducción de un rendimiento óptimo ha sido una de las partes más gratificantes de escribir mi nuevo libro, Hack Your Anxiety (Libros de consulta, 2018). Lejos de ser solo un síntoma molesto, la ansiedad moderada puede ser una herramienta valiosa para ayudarnos a alcanzar nuestro mejor yo.

Si bien aún queda mucho por aprender, ya hay conclusiones clave sobre cómo podemos utilizar esta ciencia emergente para nuestro beneficio. Aquí hay 7 estrategias basadas en la ciencia para usar la ansiedad para mejorar el rendimiento.

  1. Cambia tu actitud respecto a la ansiedad y abrázala como un recurso para el bien. Un estudio a gran escala del estrés y su impacto en la salud demostró que el estrés solo es perjudicial cuando creemos que lo es, incluso cuando es grave. Creer que puedes manejar el estrés y la ansiedad, incluso si es intenso, protege contra la duda y la espiral negativa que puede surgir al temer la ansiedad.
  2. Optimizar el enfoque. De acuerdo con la ciencia, una de las cosas más poderosas que hace la ansiedad es aprovechar el enfoque y redirigir la atención donde más se necesita. Con tantas demandas que compiten por nuestra atención y el esfuerzo orientado que se necesita para concentrarse, la ansiedad nos puede dar el impulso que necesitamos para mejorar nuestro rendimiento.
  3. La ansiedad es un motivador natural. El estrés estimula la dopamina que alimenta la “motivación para actuar”. La ansiedad rara vez es elogiada por su energía reflexiva para la acción, pero durante mucho tiempo se ha asociado con un impulso para hacer algo. Incluso Webster define que la ansiedad es un “miedo o nerviosismo sobre lo que podría suceder” junto con “un sentimiento de querer hacer algo mucho”.
  4. La ansiedad lo mantiene alerta, vigilante y listo para un rendimiento óptimo. La ansiedad no solo lo mantiene motivado, sino que también puede ayudarlo a ser más eficiente en sus acciones. La investigación de Francia sugiere que el estrés permite una detección eficiente de amenazas, junto con una acción rápida. El procesamiento neural es rápido y selectivo en los sistemas sensoriales y motores, lo que permite una eficiencia máxima en el procesamiento y la respuesta a los estímulos.
  5. La ansiedad le recuerda cosas que ha olvidado , cosas que necesitan atención. La ansiedad se equivoca por el lado de la precaución (gracias a su sesgo de negatividad) e incluso puede generalizar y exagerar el riesgo potencial. Si bien esta no es una experiencia cómoda para imaginar lo peor, evitar un resultado no deseado puede darnos la sacudida que necesitamos para seguir trabajando.
  6. Reevaluar cualquier ansiedad de rendimiento como emoción. La última ciencia de la emoción sugiere que las emociones son construcciones en las que participamos activamente en la creación. Sentimos una sensación, corremos, pasamos nuestras experiencias y vocabulario, y al elegir una etiqueta, construimos la emoción que experimentamos. Al estudiar el impacto de la reevaluación sobre la ansiedad, Alison Brooks, de Harvard, dio un paso más en este concepto de construcción emocional. Descubrió que los participantes que simplemente reevaluaban su ansiedad por el desempeño como excitación sentían significativamente menos angustia que aquellos que no lo hacían.
  7. Prioriza el sueño cuando puedas. La investigación demuestra continuamente el poder del sueño para ayudarnos a funcionar de la mejor manera posible: nuestros cerebros lo necesitan para eliminar toxinas y absorber nueva información. El estrés y la ansiedad funcionan mejor en nuestra vida cuando se equilibran con el descanso, y no dormir lo suficiente puede exacerbar los síntomas de ansiedad. Apunta de 7 a 9 horas por noche cuando te esfuerces por dar lo mejor de ti.

Permitir que la ansiedad alimente un rendimiento óptimo significa aceptar que asumirá un papel activo: haga lo que sea necesario, haga que las cosas sucedan y sepa que puede manejar cómo se siente en el camino. La ansiedad no tiene que ser el enemigo si puedes verlo como un motivador para el crecimiento y el cambio.

El desempeño máximo y la experiencia óptima requieren que hagamos nuestro mejor esfuerzo, y aprovechar nuestra ansiedad puede ayudarnos a hacer precisamente eso.

Esta publicación fue publicada originalmente en el blog del Dr. Clark.

© Alicia H. Clark, PsyD

Referencias

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