Nuestras más sinceras condolencias a los familiares que perdieron a un ser querido en el horrible tiroteo en Las Vegas. Como nación, debemos unirnos para apoyar a las familias y las comunidades afectadas. También es fundamental que no olvidemos a los miembros más jóvenes y más vulnerables de nuestra comunidad: nuestros niños.
Cientos de niños se verán afectados por este tiroteo masivo. Los niños han perdido de repente a un padre, una tía, un tío, un maestro, un canguro, un amigo, un ser querido … y vamos a tener que explicarles el trauma de lo que acaba de pasar y ayudarlos a sobrellevar la situación.
Aunque no hay palabras que realmente puedan capturar y explicar el horror del tiroteo masivo, aquí hay algunas sugerencias para abordar este tema difícil:
Los niños que pueden haber tenido la desgracia de perder a un ser querido por una muerte traumática podrían desarrollar ansiedad, trastorno de estrés postraumático, depresión u otros síntomas conductuales preocupantes. Proporcionar un marco positivo, simple y tranquilizador para explicar y procesar la muerte traumática cambia el contenido de aterrador y abrumador a comprensible y manejable. Aunque no podemos evitar que los niños vean o escuchen muertes terribles, como en la violencia armada, el suicidio, los ataques terroristas e incluso los accidentes automovilísticos, podemos proporcionarles palabras y herramientas que fomenten el afrontamiento, la resiliencia y la adaptación.
Como vivimos en un mundo cada vez más violento, es esencial que los padres, educadores y otros cuidadores adultos no olviden a las víctimas silenciosas, a los transeúntes inocentes, a los niños que miran, escuchan y sienten desde la barrera. Lo que es más importante, si los niños viven con miedo y se preocupan de que pueda volver a ocurrir, en cualquier momento, para ellos y sus seres queridos, debemos continuar enviando el poderoso mensaje tranquilizador de esperanza y seguridad a los niños, y ofrecer las acciones que mantendrá seguros a nuestros niños y familias.
Los padres, maestros, pediatras, médicos de urgencias, consejeros y trabajadores sociales en escuelas, albergues, clínicas comunitarias y hospitales, que son los primeros en observar los síntomas socioemocionales y físicos en los niños, deben ser proactivos al preguntar a los niños sobre su exposición. a la violencia con armas. Los profesionales de la salud mental deben comenzar a desarrollar y ofrecer programas de intervención y prevención en escuelas, clínicas y albergues para la gran cantidad de niños y adolescentes expuestos a la violencia con armas letales.
Los niños importan: Se necesita un pueblo para ayudar a los niños a prosperar.