Así es como el estrés recalibra tu cerebro

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El estrés crea sentimientos a los que a veces nos enfrentamos de forma desadaptativa. Una larga espera en la oficina de correos podría enfatizar tanto que eliges quedarte en casa con pizza y una película en lugar de ir al gimnasio. El cuidado de un padre enfermo puede iniciarlo en el camino de la bebida todas las noches.

Las respuestas al estrés varían, pero caen dentro de un conjunto de normas. Saltarse el gimnasio o sentirse obligados a salir a tomar algo son el tipo de respuestas que aceptamos sin cuestionar. Es natural querer "complacerse" después de un mal día, según el pensamiento convencional. ¿Pero hay más en la relación entre el estrés y nuestros comportamientos de lo que parece?

Según un nuevo estudio publicado en Neuron, la respuesta es un rotundo "sí". Los investigadores estudiaron cerebros de ratas después de experimentar un estrés agudo, comparando la cantidad de agua azucarada enlatada con alcohol que las ratas estresadas bebieron después de su experiencia con un grupo de control que experimentado sin estrés Previsiblemente, las ratas que soportaron estrés agudo en las últimas veinticuatro horas consumieron una mayor cantidad de agua con azúcar alcohólica que sus contrapartes más relajadas.

La razón por la que las ratas estresadas consumen más alcohol puede sorprender. Las ratas estresadas bebieron más agua con azúcar y alcohol porque sus cerebros en realidad habían sido alterados a nivel neurológico por su experiencia de estrés. Los investigadores descubrieron que las neuronas específicas en el centro de recompensa del cerebro que previamente habrían alentado a la rata a moderar su ingesta de agua azucarada con metanol fueron volteadas, incentivando a la rata a beber tanto como sea posible. Al beber más de la solución de alcohol y azúcar, las ratas no estaban tratando de aliviar una necesidad específica, como dormir durante un largo tiempo después de una actividad exhaustiva. En cambio, las ratas tomaban órdenes de marcha de los impulsos neuronales que les ordenaban seguir bebiendo.

Exactamente por qué el estrés puede cambiar nuestras instrucciones neurológicas de "beber ocasionalmente" a "beber tanto como sea posible" todavía se está estudiando. Los investigadores de este estudio sugirieron que la capacidad de las neuronas para activarse y desactivarse podría ser un rasgo biológico adaptado con el tiempo para ayudarnos a obtener lo que necesitamos para superar un trauma físico.

Esta investigación es crucial cuando se trata de comprender y tratar la adicción. Las mejores modalidades de tratamiento de la adicción incorporan el creciente consenso científico que sugiere que la adicción es un trastorno neurológico en su núcleo. A la luz de estos hallazgos, el trauma, una experiencia de estrés de alta intensidad, puede alterar la química del cerebro para fomentar erróneamente el abuso de sustancias como la heroína y el alcohol que vierten grandes cantidades de serotonina en el cerebro.

La base neurológica para la adicción funciona en conjunto con las innumerables razones personales por las cuales las personas recogen, abusan y finalmente se vuelven adictas a las drogas. Alguien que ha desarrollado un trastorno de estrés postraumático (TEPT) puede descubrir que abusar de las drogas es la única forma que tienen a su disposición para manejar otros síntomas relacionados con el trauma, y ​​el cerebro está conectado para alentarlo.

La próxima vez que se encuentre en una situación estresante y se encuentre buscando una bebida, considere otro mecanismo para sobrellevar la situación que puede hacer que se sienta mejor o procesar lo que está pasando. Una pequeña redirección puede ayudarlo a promover un crecimiento cerebral positivo y evitar la rueda de la adicción.