Atento en la ciudad

Vivir en la ciudad puede ser una experiencia bastante intensa. A veces parece que todo está "por encima" de lo que podría ser en otro lugar: caminamos más rápido; hablamos más fuerte; trabajamos más duro; conducimos más loco Este mismo tipo de intensidad también puede desarrollarse con nuestras experiencias emocionales. Podemos tener ansiedad, enojo, tristeza, alegría, disgusto en niveles tan altos que puede ser abrumador.

Ahora bien, no pretendo sugerir que haya algo de malo en "ser emocional". Las emociones son un aspecto natural y normal de la experiencia humana. Cuando sucede algo trágico, se supone que debemos sentirnos tristes, por ejemplo. Además, ser "barrido en el momento" es parte de lo que hace que la vida sea tan enriquecedora y significativa. Además, estar en contacto con las emociones (o "instinto visceral") nos ayuda a tomar decisiones juiciosas. Marsha Linehan, la creadora de la Terapia del comportamiento dialéctico, ha propuesto que la integración de nuestra "mente emocional" y "mente racional" produce sabiduría.

Sin embargo, ocasionalmente, nuestras emociones pueden volverse problemáticas. Tomado demasiado lejos, podemos experimentar depresión debilitante, manía o ansiedad paralizante, que requieren ayuda profesional. En niveles de intensidad más bajos, aún podemos experimentar resultados problemáticos. Podríamos estar enojados y decir cosas hirientes que en realidad no queremos decir. Podríamos sentirnos tristes o ansiosos y evitar amigos, a pesar de que nos ayudaría a sentirnos mejor. A veces, también desarrollamos una tendencia a sentir de una manera particular, a pesar de la variedad y los matices en nuestras experiencias. Por ejemplo, normalmente podríamos sentirnos enojados en relación con muchas situaciones diferentes. Si bien es válida y real, esta emoción podría basarse en una interpretación sesgada del mundo que nos rodea.

La atención plena puede ayudarnos a navegar a través de estos tiempos emocionales problemáticos. Desarrollamos la capacidad de observar y observar nuestros sentimientos sin quedar atrapados en ellos. Podemos identificar las señales externas asociadas con una emoción particular, así como nuestra experiencia interna de la misma. A medida que tomamos conciencia de los pensamientos, las acciones y los sentimientos físicos asociados con una emoción, también cultivamos nuestra capacidad de distanciarnos de ella. Este proceso promueve una ecuanimidad fundamentada, a diferencia de una responsabilidad reactiva o apatía desconectada.

Aquí hay un ejemplo. Digamos que eres propenso a la ira (un sentimiento muy común en la ciudad). Algunas personas pueden decir que "tienes una mecha corta" o te dicen "relajarte". A veces, estos comentarios pueden ser precisos o útiles. Más típicamente, sin embargo, son simplemente molestos. Entonces, ¿qué puede hacer la atención plena? Mindfulness puede ayudarte …

  • Conozca mejor los desencadenantes de la ira, tanto externa como internamente. Estar en un lugar caluroso y lleno de gente es estresante y, a menudo, puede provocar enojo. Del mismo modo, hay determinados "pensamientos" que pueden llevar a la ira, como centrarse en "lo que es correcto" (o la forma en que "deberían" ser) o personalizar lo que hace o dice la gente ("me hizo algo horrible" a propósito"). Una vez que conozca estos desencadenantes, puede prepararse para ellos. Puede evitar estar en el metro durante la hora punta o hacer un punto para quitarse el abrigo o la bufanda. Del mismo modo, puede cuestionar sus pensamientos automáticos en respuesta a una situación. Tal vez el taxista no te cortó maliciosamente. Tal vez simplemente no te vio y cometió un error honesto.

  • Reconozca que las emociones van y vienen. Al igual que las olas del océano, las emociones suben y bajan. Algunas veces, se enfurecen como las olas en la película, "A Perfect Storm". Otras veces, pueden ser imperceptibles, como quietas, mares tranquilos. En ambos casos, es importante reconocer que el océano -es decir, usted- se caracteriza mejor por su profundidad (y lo que está sucediendo debajo) en oposición a las actividades tumultuosas en la superficie.

Estas son solo algunas de las formas en que la atención plena puede ayudarnos a superar nuestra vida emocional diaria mientras vivimos en la ciudad.