Buen juicio

Como un psiquiatra y entrenador de bienestar en práctica, la mayoría de las personas pensaría que soy una pizarra en blanco sin pensamientos, sentimientos o expresión durante las sesiones. Aquellos que me conocen bien y que han trabajado conmigo durante años no tienen dudas de que tengo opiniones firmes y de que también actuaré en el mejor interés de mi cliente o paciente.

Mientras que los terapeutas en práctica están entrenados para permanecer objetivos, ya que ayudan a su paciente o cliente sin incluir sus propios problemas en la sesión, un terapeuta experimentado mantendrá hábilmente sus propias ideas fuera de la ecuación. El terapeuta puede ayudar a su cliente a través de un proceso de aclaración para que pueda comprender mejor sus propios sentimientos, sus propios pensamientos y sus propias acciones.

Al mismo tiempo, muchos piensan que no hay juicio por nuestro lado. Si bien es cierto que nuestro trabajo no es juzgar a nuestros clientes o pacientes, como personas juzgamos sus acciones y el impacto de sus acciones todo el tiempo. Por ejemplo: podemos señalar la dinámica detrás de su constante discusión con su cónyuge, su gasto excesivo en cosas innecesarias o su frustración con sus hijos. Juzgamos una situación en la cual evaluamos objetivamente la presencia de signos severos de depresión y evaluamos si nuestro paciente corre el riesgo de lastimarse a sí mismo o a otros. También juzgamos una situación en la que haríamos recomendaciones para el tratamiento, el alta u hospitalización. El conocimiento y los años de experiencia nos ayudarán a tomar las mejores decisiones para ejercer nuestro mejor juicio.

Cuanto más y mejor nos conozcamos, mejor podremos entender las áreas donde tendemos a ser objetivos y aquellas en las que podemos estar predispuestos.

En 2001, el juez Sotomayor dijo que esperaba que sus decisiones como una "latina sabia" fueran mejores que las de un hombre blanco que no había tenido las mismas experiencias. Es desafortunado que otros hagan parecer que ella se equivocó. Aprecio la franqueza como una fortaleza cuando la gente dice lo que piensa, incluso si es políticamente incorrecta e incluso si Sotomayor realmente sintió que esto era cierto. Si bien las palabras no pueden ser olvidadas, también está clara de que seguiría la ley como jueza sin dejar que su experiencia de vida influya de manera inapropiada en sus decisiones.

Al final, nuestros cerebros pueden estar más conectados de lo que pensamos cuando se trata de este proceso de toma de decisiones. Algunos de nosotros tienden a ser más cerebrales y tienden a pasar por un proceso de pensamiento crítico profundo, mientras que otros tienden a seguir sus instintos. Nuestras experiencias pasadas inevitablemente tendrán un impacto en nuestro proceso de toma de decisiones. Mantener un método riguroso a seguir, ya sea científico, legal o gerencial, conducirá a una forma más objetiva de llegar a una decisión final y evitar el sesgo.

¿Cuáles son tus pensamientos?

¿Conoces las áreas en las que tiendes a ser objetivo y aquellas en las que tiendes a ser parcial? ¿Tiene fuertes opiniones sobre política, religión y educación o tiende a tener una mente abierta?