Cómo crear una historia de suspenso

Freud, como muchos victorianos, había leído a los escritores de su época, como Dickens y Wilkie Collins y Conan Doyle, que a menudo publicaban en forma de serie, dejando a sus lectores colgados en momentos de suspenso y haciendo fila en la calle para leer la siguiente entrega. La historia del caso de Freud llamada "The Ratman" dice algo así. Obtenemos la información que se esparce gradualmente por la página, se filtra poco a poco hasta que llegamos a la última línea devastadora de la historia del caso, dada casualmente en una nota al pie al final. Esto puede deberse simplemente a la naturaleza del psicoanálisis en el que la verdad reprimida permanece oculta en el inconsciente hasta que se revela gradualmente mediante el proceso de asociación libre. ¿O era astuto Freud consciente de que esta estructura narrativa mantendría a sus lectores leyendo?

Ernst Lanzer, su paciente, "un hombre joven con educación universitaria", acude a Freud con sus temores de que algo terrible le sucederá a la mujer que ama y a su padre. Más tarde, alentado por Freud, él es más preciso acerca de qué es lo terrible. Freud describe al "jovencito" caminando por su oficina e intentando desesperadamente no tener que describir la espantosa tortura que un Capitán en el ejército le ha relacionado. Poco a poco y cuestionándolo y dándole posibles respuestas, Freud, como Julieta con su enfermera en la famosa escena de "Romeo y Julieta", y su ansioso lector descubren qué es esa tortura: una llevada a cabo con ratas puestas en una olla y se fijaron en el ano del prisionero donde se abrieron paso. Al final de la sesión, aturdido y confundido, el paciente llama a Freud "Capitán" cuando abandona su consultorio. Él ya está empezando a ver a Freud como parte de su propia historia.

En otro momento del análisis, el paciente le trae a Freud un sueño vívido y memorable, que nosotros, el lector, no podemos olvidar. Él ha visto a una joven en la escalera y conjeturas de que ella debe ser la hija de Freud. Él piensa que Freud ha sido tan paciente y perdonador a pesar de los insultos que ha acumulado en su cabeza, porque lo tiene en cuenta como yerno. En el sueño, se ve a la niña con estiércol en los ojos, un mensaje claro, Freud nos dice que él, el paciente, no se está casando con ella por sus "bellos ojos", sino por dinero.

Freud nos proporciona no solo estos momentos dramáticos y de suspenso, sino también detalles que hacen que su historia suene verdadera, haciéndonos creer que, después de todo, es lo que se propone hacer. Ratman, cuando era niño, fue golpeado por su padre y, en un ataque de ira, el niño intenta insultarlo, pero no tiene palabras realmente insultantes en su pequeño vocabulario. En cambio, lo llama, "¡Mesa, silla, lámpara!", Usando las cosas familiares de su vida como insultos. Sonreímos y, por supuesto, creamos esta historia de quién podría haber hecho algo de este tipo.

La historia llega a su triste y triste final con una línea en una nota al pie donde Freud escribe que, al igual que muchos hombres de su generación, este paciente joven y problemático a quien ha curado de sus obsesiones, es asesinado en la Gran Guerra.

Sheila Kohler es autora de muchos libros, entre ellos Becoming Jane Eyre y el reciente Dreaming for Freud.

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