Cómo decirle a la sociedad que retroceda en la era digital

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La gente siempre ha tenido que lidiar con la presión externa, ya sea de familiares, amigos, compañeros de trabajo o conocidos. Pero las redes sociales han intensificado esta presión. Ahora, con todas las diferentes plataformas, estamos constantemente en el negocio de los demás. Y cuando alguien no publica regularmente, la sociedad lo toma como una "bandera roja".

La presión social es parte del desarrollo humano. Pero se agrava a medida que entramos en la edad adulta. Todo comienza con las expectativas matrimoniales. Entonces, es cuando tendrás hijos. Entonces, cuando tengas el segundo hijo (¡y Dios no permita que sea del mismo sexo que el primero!). En ese caso, ¿cuándo vendrán la niña o el niño? ¿Que escuela? ¿Qué universidad? ¿Cuándo vienen los nietos? Y así sucesivamente. Es un ciclo interminable.

Sin embargo, parece que las redes sociales han encendido la temperatura de muchas de estas personas. Con las redes sociales, obtenemos acceso a los 24/7 de los demás. Qué hacen, dónde comen, con quién pasan el rato, etc. Esto puede hacer que las personas crean que tienen acceso VIP a la vida de los demás.

No solo esto, sino que estamos constantemente expuestos a la vida social de otras personas. Sin embargo, es tan difícil recordar que lo que vemos en las redes sociales está editado. Es pensamiento previo. Está filtrado, literal y metafóricamente. Entonces, ¿cómo podemos establecer un límite en nuestras interacciones de la vida real cuando nuestras vidas digitales tienen límites poco claros?

Comprender las redes sociales

Scott B. Kaufman, presentador de The Psychology Podcast , tuvo un episodio realmente interesante hace algunas semanas, titulado "Popularidad y Likability". En él, Kaufman entrevistó a Mitch Prinstein, psicólogo clínico infantil y experto en popularidad. Prinstein no solo ofreció valiosos conocimientos sobre la adolescencia y la simpatía, sino también muchas ideas interesantes sobre las redes sociales.

Según Prinstein, las redes sociales han llegado a llenar una necesidad que la humanidad ni siquiera sabía que tenía. Esta necesidad de saber sobre la vida de todos, y esta necesidad de publicar constantemente sobre los suyos. Las redes sociales han arrojado luz sobre "un fenómeno de búsqueda de estatus".

Una de las razones principales por las cuales los millennials experimentan niveles tan altos de ansiedad y depresión se debe a la constante comparación que se autoinfligen cuando navegan a través de las redes sociales. Cuando navegan entre las imágenes que dicen "inspiración física" o "objetivos de relación", sus cerebros toman automáticamente estas fotos editadas como "normales".

Sin embargo, cuando podemos entender que las redes sociales ofrecen una versión filtrada de la vida real de las personas, estamos en mejores condiciones para hacer frente a la presión social (de los medios). Cuando comprendemos que una imagen no representa la totalidad de sus vidas diarias, sino solo una fracción pequeña, controlada y filtrada que la gente ha seleccionado cuidadosamente para que sus seguidores la vean, la ansiedad disminuye en consecuencia.

Practica la autoconciencia

La autoconciencia es importante en todos los aspectos de nuestras vidas, pero en las redes sociales parece tener un papel aún más importante. Antes, solíamos decir "piensa antes de hablar", ahora tenemos que decir "piensa antes de publicar". Y ese proceso de pensamiento es de lo que se trata la autoconciencia.

La autoconciencia debe hacerse cumplir en dos aspectos importantes. El primero, cuando nos damos cuenta de los desencadenantes potenciales de nuestro cerrado y buscamos activamente formas de evitar publicar sobre estos. Y, el segundo, cuando podemos cuestionar nuestras reacciones a las vidas digitales de otras personas.

Ser capaz de hacerse preguntas importantes como: ¿por qué me molesta que mis amigos viajen con tanta frecuencia y yo no? ¿Por qué me molesta cuando mi tía comparte otro video religioso? ¿Por qué me enojo por las quejas de mi compañera de cuarto en la universidad?

Un autodescubrimiento importante ocurre cuando nos abrimos a hacer estas preguntas. Estamos teniendo curiosidad sobre nuestros estados mentales y estamos dispuestos a responsabilizarnos por nuestros propios sentimientos. Puedo garantizar que responder esas preguntas revelará mucho más sobre usted mismo que sobre la persona que le resulta molesta.

Establecer límites en línea y fuera de línea

A medida que aumentamos nuestra autoconciencia, somos más capaces de establecer límites activamente. Y, en este caso, es importante establecer límites tanto en línea como fuera de línea. Pero, ¿cómo se ven? ¿En qué se diferencian?

Un límite en línea puede incluir cualquier cosa, desde bloquear a una persona en las redes sociales si esta persona constantemente se está entrometiendo con su propia salud mental. O bien, desactivar las notificaciones en Facebook, por lo que no podrá ver lo que publican si comparten constantemente información con la que no está de acuerdo o no la encuentra irritante. O cierre su cuenta por unos días; He oído hablar de personas que han encontrado esta alternativa bastante reveladora.

Por el contrario, un límite fuera de línea tiene que ver con la vida real. Y puede ser algo tan simple como no mirar su teléfono durante fechas sensibles o momentos en los que sus emociones pueden activarse. O, negarse a asistir a una reunión, a fin de proteger su salud mental de esas indagaciones intrusivas.

La realidad es que las redes sociales no van a ir a ningún lado pronto. Y, tiene muchos aspectos positivos. Pero, lo importante para recordar, como con cualquier cosa en la vida, es que la clave es el equilibrio. Equilibrar su propia salud mental con su vida social. Equilibrar tu personalidad digital con tu ser real. Equilibrando sus presiones internas con sus presiones externas.

El equilibrio, la autoconciencia, el autocuidado y el amor propio pueden ser los mejores aliados al enfrentarse al monstruo en el que se han convertido los medios sociales.