Cómo hablar sin causar un estallido

La mayoría de las personas se sienten frustradas, preocupadas, molestas o desanimadas en algún momento de su día de trabajo. ¿Por qué? Debido a que no están de acuerdo con el jefe, no apoyan la sugerencia de un colega, o de otra manera poseen puntos de vista diferentes de la mayoría vocal. Y, sin embargo, casi ninguno de estos empleados comparte sus opiniones de una manera que obtiene resultados. O bien se quejan porque creen que no es políticamente correcto estar en desacuerdo con la mayoría o la autoridad, o mantener sus diferentes opiniones dentro hasta que eventualmente se arruinen. Es decir, pasan del silencio a la violencia. Ninguno de los dos métodos saca a la luz una idea en la que puede formar parte de la visión colectiva, y ninguno de los dos métodos ayuda a mejorar las condiciones o relaciones de trabajo.

¿Por qué rutinariamente pasamos del silencio a la violencia? Vamos al silencio porque tememos las conversaciones cruciales. Estas son interacciones en las que hay mucho en juego, las opiniones difieren y las emociones son fuertes. Les tememos porque nuestra experiencia pasada nos ha enseñado que si somos tanto emocionales como honestos, es probable que sucedan cosas malas. Entonces vamos al silencio. Es mejor dejar que otra persona diga lo que piensa y arriesgar nuestra propia reputación.

Vamos a la violencia porque somos muy poco hábiles para mantener conversaciones cruciales. Si bien la investigación muestra que la capacidad de mantener conversaciones cruciales es la clave de la influencia, la efectividad laboral y hasta el éxito conyugal, la mayoría de nosotros tenemos poca o ninguna capacitación formal sobre el tema. Desafortunadamente, hemos desarrollado nuestro estilo actual observando a nuestros padres, amigos y ex jefes. Cuando decidimos hablar, inevitablemente recurrimos a las habilidades mediocres ejemplificadas por estos modelos y terminamos usando el sarcasmo, el humor cáustico, los viajes de culpa, las tácticas de debate y otras formas de violencia verbal. Eventualmente notamos que estamos en problemas por haber dicho algo y nos retiramos al silencio. Pasamos del silencio a la violencia y regresamos, y no es agradable.

La buena noticia es que no tiene por qué ser así. Cuando empleamos las habilidades de las conversaciones cruciales podemos elevar nuestra capacidad para influir en las decisiones, mejorar las relaciones y expresar nuestras opiniones de una manera que se escuche. Use los siguientes consejos para aumentar sus habilidades:

  • Invierte tu pensamiento La mayoría de nosotros decidimos si hablar o no al considerar los riesgos de hacerlo. Aquellos que son mejores en conversaciones cruciales no piensan primero sobre los riesgos de hablar en alto. Primero piensan en los riesgos de no hablar. Se dan cuenta de que si no comparten sus puntos de vista únicos, tendrán que vivir con las malas decisiones que se tomarán como resultado de retener sus opiniones informadas.
  • Cambia tus emociones La razón principal por la que nos va mal en las conversaciones cruciales es que, cuando abrimos la boca, estamos irritados, enojados o disgustados con los puntos de vista y las opiniones de la otra persona. Entonces, no importa cuánto intentemos fingir, nuestros juicios negativos se cuelan en la conversación. Entonces, antes de abrir la boca, abre tu mente. Separar a las personas del problema. Intenta ver a los demás como seres humanos razonables, racionales y decentes, incluso si tienen una opinión a la que te opones firmemente. Recuerde: si mantiene el tribunal en su cabeza, el veredicto aparecerá en su rostro.
  • Ayuda a otros a sentirse seguros. A menudo creemos que ciertos temas están destinados a hacer que otros estén a la defensiva. La gente experta se da cuenta de que las personas no se ponen a la defensiva hasta que se sienten inseguras. Intenta comenzar tu próxima conversación de alto riesgo asegurando a la otra persona tus intenciones positivas y tu respeto por ellas. Cuando los demás se sienten respetados y confían en sus motivos, bajan la guardia y comienzan a escuchar, incluso si el tema es desagradable.
  • Invita al diálogo. Después de crear un entorno seguro, comparta con confianza sus puntos de vista. Una vez que lo hayas hecho, invita a diferentes opiniones. Esto significa que realmente alientas a la otra persona a estar en desacuerdo contigo. Aquellos que son mejores en las conversaciones cruciales no solo exponen su argumento; ellos quieren aprender Si tu objetivo es simplemente volcar a los demás, te resistirán. Si estás abierto a escuchar los puntos de vista de otros, estarán más abiertos a los tuyos.