Cómo los rituales alteran el cerebro para ayudarnos a realizar mejor

Rafael Nadal, considerado uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, es conocido por sus muchos y estrafalarios rituales. Por ejemplo, siempre tiene dos bebidas con él, una bebida deportiva y una botella de agua. Las dos botellas se colocan a sus pies en el banco lateral. Uno en frente de la silla a su izquierda, el otro cuidadosamente colocado detrás de él en diagonal hacia el lado de la cancha en el que está jugando.

Según Nadal, "es una manera de ponerme en un juego, ordenando a mi entorno que coincida con el orden que busco en mi cabeza".

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Hay innumerables ejemplos de estos peculiares rituales de atleta. Pero no se limita solo al mundo deportivo profesional. En cualquier lugar donde ocurra el rendimiento, se encontrará un ritual. Desde militares hasta medicina, negocios y educación, está claro que los rituales son una parte importante de nuestro día a día y nos ayudan a mejorar nuestro enfoque, concentración y atención.

Ritual como herramienta para aumentar el rendimiento

¿Por qué estos comportamientos aparentemente irracionales y tontos son tan penetrantes? Ahora hay una creciente evidencia científica que demuestra que a pesar de su irracionalidad a nivel superficial, los rituales juegan un papel crucial en la regulación de nuestros comportamientos de desempeño.

Nos ayudan a correr más rápido, a saltar más alto, a pensar más profundamente y a resolver más rápido. ¿Pero cómo sucede esto exactamente? La respuesta, de acuerdo con mi nueva investigación, reside en el cerebro y su capacidad para manejar la ansiedad y el fracaso del rendimiento.

El experimento

Junto con mis colaboradores en la Universidad de Toronto, realizamos un estudio en el que planteamos la hipótesis de que los rituales nos ayudan a tener un mejor desempeño al controlar nuestra ansiedad y minimizar la sensibilidad del cerebro a la falla personal.

Para probar esto, hicimos que los participantes completaran un ritual en casa, una vez al día durante una semana. El ritual, que creamos en el laboratorio, estaba compuesto por una serie de secuencias de acción altamente repetidas y ordenadas. Las acciones estaban destinadas a aproximarse a los rituales que vemos en la vida real, similar a la práctica de colocación de botellas de Nadal.

Después de una semana, los participantes llegaron al laboratorio donde medimos su actividad cerebral. Mientras estaban enganchados, completaron dos rondas de una tarea de tiempo de reacción: una ronda antes del ritual y otra después. Les dijimos que ganarían más dinero cuanto mejor lo hicieran en la tarea. Pero cada vez que cometían un error, lo que todos hacían porque la tarea estaba diseñada para ser difícil, perdían dinero.

A medida que realizaban la tarea, rastreamos su actividad cerebral, específicamente en respuesta a una falla en el rendimiento (los momentos en los que perdieron dinero). A medida que registramos la respuesta del cerebro, identificamos la señal neuronal relacionada con la ansiedad de rendimiento y la experiencia del fracaso.

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La pregunta para nosotros era si hacer o no el ritual era suficiente para "apagar" el dial en el sistema de ansiedad de rendimiento del cerebro durante las fallas de pérdida de dinero.

Ritual y reducción de la ansiedad de rendimiento

En apoyo de nuestra hipótesis, encontramos que el cerebro mostró una activación reducida en respuesta a estas fallas personales, pero solo después de completar el ritual.

En otras palabras, mostramos que los rituales desensibilizan la reacción del cerebro relacionada con la ansiedad al error, mitigando la experiencia negativa del fracaso personal.

En la mayoría de los contextos, preocuparse por posibles fallas puede obstaculizar el rendimiento. Es lo que sucede cuando los atletas de clase mundial terminan "ahogándose". Pero el fracaso, en algún nivel, casi siempre es inevitable. Entonces, la forma en que nosotros (y nuestro cerebro) respondemos a tales contratiempos es crucial para nuestro éxito.

Cuando las cosas se ponen difíciles, un ritual puede ser bueno para rechazar el dial de ansiedad del cerebro. Ayuda a los artistas a seguir adelante ante la adversidad.

Creando un ritual

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Los rituales no están reservados para los atletas de clase mundial. Todos actuamos en algún nivel todos los días, como empleados, gerentes, compañeros de equipo y padres. Cualquiera que sea su función de desempeño, tener un ritual puede ser una herramienta muy efectiva para garantizar que su cerebro responda al fracaso de una manera adaptativa. Si buscas un rendimiento máximo, considera crear tu propio ritual personal.

Aquí hay algunas recomendaciones para que intentes:

  • Comience el día con un ritual. Los rituales parecen ser particularmente importantes en la mañana porque sirven como un nuevo comienzo. Tim Ferriss y otros empresarios de alto rendimiento hacen estos rituales ya que les ayuda a ganar la mañana y, finalmente, a ganar el día. La ciencia ahora está mostrando esto como cierto. Un ritual exitoso (tarea 1 del día) significa que su confianza se transferirá a todas las demás tareas que surjan.
  • Termina el día con un ritual. Lo que podría ser mejor aquí es una práctica de tipo reflexivo, que le permite mirar hacia atrás en los eventos del día y evaluar cómo fueron las cosas. Un ejercicio de gratitud es un ejemplo.
  • Tal vez lo más importante, asegúrese de que el ritual sea suyo. Hazlo personalmente significativo. La belleza de estos comportamientos es que se pueden crear a partir de cualquier cosa. Así que pruébalo. Usted (y su cerebro) se alegrarán de haberlo hecho. Quién sabe, incluso podrías convertirte en el próximo Rafael Nadal.