Cómo ser un comunicador magistral

¿Por qué algunas personas son expertas en entrevistar para un trabajo o para salir del conflicto? Los psicólogos que han trabajado con compañías para diseñar sus campañas publicitarias y lemas, y los asesores políticos que elaboran los brillantes discursos de los políticos conocen la respuesta: la forma en que las palabras se utilizan para influir, persuadir y motivar. Y la ciencia del cerebro nos dice mucho ahora sobre la conexión entre el pensamiento y el lenguaje.

El Dr. Frank Luntz, autor del libro Words that work: No es lo que dices, es lo que la gente escucha , y nombrado por Boston Globe como el "encuestador más popular de Estados Unidos", nos brinda información valiosa sobre cómo los cambios sutiles en el uso de las palabras puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Puede tener el mejor mensaje del mundo, pero la persona que lo recibe siempre comprenderá y vinculará el significado a través de las percepciones individuales basadas en una gran cantidad de filtros, incluidos los valores, las experiencias y la personalidad. Como los entrenadores de NLP saben, el significado de la comunicación es lo que le devuelve a usted, no lo que envía. No es suficiente ser correcto, razonable o incluso inteligente.

Luntz sostiene que la clave de una comunicación exitosa es ponerse en el lugar de su audiencia. Luntz describe las 10 reglas del lenguaje efectivo que todos los gerentes deben dominar:

  • Regla 1: Simplicidad: use palabras pequeñas y evite las que la gente tiene que usar para entender un diccionario.
  • Regla 2: Brevedad: Usa oraciones cortas.
  • Regla 3: La credibilidad es tan importante como la filosofía. En otras palabras, la gente tiene que creer para comprar. Si tus palabras carecen de sinceridad, carecerán de impacto.
  • Regla 4: Consistencia. Repetición. Repetición. Repetición.
  • Regla 5: novedad. Ofrezca algo nuevo para decir, o diga algo viejo de una nueva manera.
  • Regla 6: El sonido y la textura importan. La forma en que las palabras suenan y encajan tiene tanto impacto como el contenido de cualquier cosa que diga. Shakespeare lo sabía.
  • Regla 7: Habla Aspiracionalmente. Los mensajes necesitan decir lo que la gente quiere escuchar y desencadenar un recuerdo emocional que toca el corazón y el alma, no solo la cabeza.
  • Regla 8: Visualiza. Pintar una imagen vívida. Aún mejor, para aquellas personas que son auditivas y kinestésicas, permítales escuchar sonidos y sentir cosas.
  • Regla 9: Haga una pregunta. Una declaración en forma de pregunta retórica tiene más impacto que simplemente hacer una declaración. Mejor aún, responde tu propia pregunta.
  • Regla 10: Proporcione el contexto y explique la relevancia. Este es el "por qué" de su mensaje, antes de decirles "por lo tanto" y "así que" parte de su mensaje o solución.

Luntz dice que el mundo corporativo está plagado de lenguaje de mala calidad. Los empleados y los clientes se ven inundados de jergas de trabajo y jerga de trabajo de "ad-speak" y profesionales. Los líderes hábiles y exitosos en las organizaciones son maestros de la comunicación y trabajan en su arte. Las palabras que recordamos no son palabras comunes de las personas promedio. Son palabras políticas, culturales y corporativas que han sido creadas artística y cuidadosamente para un propósito, con excelentes resultados.

Luntz identifica 5 grandes mitos y realidades sobre el lenguaje y la gente en los Estados Unidos:

  • Mito 1: los estadounidenses son educados. Falso. Menos del 50% de los estadounidenses se graduaron de la universidad. Solo el 25% de los adultos mayores de 25 años en los EE. UU. Tienen estudios universitarios. Por el contrario, más del 60% de los canadienses tienen una educación postsecundaria.
  • Mito 2: los estadounidenses leen. Falso. Según los datos de las encuestas, en 2005, solo el 25% de los estadounidenses leen revistas y solo el 45% lee periódicos.
  • Mito 3: las mujeres estadounidenses responden a mensajes como las mujeres. Falso. Hombres y mujeres tienen puntos de vista similares con la excepción de cuestiones como la fe en el gobierno.
  • Mito 4: los estadounidenses se dividen limpia y exactamente en las poblaciones urbanas, suburbanas y rurales. Falso. En los últimos 5 años, un nuevo grupo demográfico: propietarios acomodados con cuentas bancarias crecientes y familias en crecimiento se están alejando de las áreas urbanas y suburbanas hacia las áreas rurales.
  • Mito 5: los consumidores estadounidenses responden bien a los mensajes patrióticos. No del todo cierto. Hay una diferencia entre el patriotismo estadounidense y el orgullo estadounidense, con una connotación muy negativa de arrogancia y agresión asociada con el patriotismo, mientras que el orgullo tiene un atractivo universal, como lo hace en otros países.

Luntz identifica lo que él llama palabras dinámicas e impactantes para el siglo XXI: imaginar, estilo de vida, sin complicaciones, responsabilidad, resultados, innovación, renovar, revitalizar, rejuvenecer, restaurar, reavivar, reinventar, eficiente, el derecho a …, paciente- centrado, inversión, elegancia casual, independencia, tranquilidad, certificado, All-American, prosperidad, espiritualidad, seguridad financiera, enfoque de equilibrio, y cultura de … Hace hincapié en que no es el uso de las palabras solo, sino el estilo en que se utilizan, hará la diferencia.

El problema real en nuestro lenguaje común hoy en día, argumenta Luntz, es que ha sido tan vulgar y las palabras antes consideradas vulgares u obscenas son ahora un lugar común, con su significado original olvidado. El otro problema es que las personas creen que poseen lo que dicen y la forma en que lo dicen, sin darse cuenta de que una vez que sale de sus bocas no desaparece, sino que afecta a otras personas durante mucho tiempo. Finalmente, gran parte de nuestro lenguaje actual es negativo, severo y agresivo, y con demasiada frecuencia las personas usan palabras que dividen, degradan y humillan a los demás.

Los líderes en las organizaciones deben reconocer que el contenido y el tono de su lenguaje pueden tener un gran efecto en las personas, y elegir sus palabras sabiamente para inspirar, influenciar y persuadir por las razones correctas.