Cuando acercarse es igual a hacerse daño, primera parte

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Fuente: Foto: Robin Green / Flickr

Como terapeuta de trauma, trabajo con clientes que han experimentado una profunda traición en sus relaciones más significativas e íntimas. A menudo, durante la sesión, discuten lo que creen que es su necesidad constante de construir y sostener un escudo de armadura alrededor de sus corazones. "Sé cómo mantener a las personas alejadas", dirán ellos, o "Mis amigos piensan que conocen al verdadero yo, pero nunca dejaría que se acerquen tanto a mí". En la era de las redes sociales y las comunidades en línea , muchos sobrevivientes de trauma se refugian en relaciones que "me permiten esconderme detrás de una imagen que creo con mi computadora portátil y solo palabras". Tiene tanto sentido que las experiencias previas de rechazo, abandono y deslealtad crearían una plantilla para las relaciones que asocian la cercanía con lastimarse Sin embargo, es trágico que la estrategia de afrontamiento de distanciamiento y evitación de la intimidad se convierta en la solución cuando en realidad se trata de personas que necesitan y merecen desesperadamente relaciones cercanas para sanar y reconectarse con el mundo.

Permitir la cercanía implica una toma de riesgos saludable.

Estar en una relación que es genuinamente amorosa, segura y satisfactoria requiere coraje y la voluntad de ser auténtico y, por lo tanto, vulnerable. No hay garantías, en ninguna relación, de que estar completamente abierto nunca te haga daño. Permitir la cercanía implica una toma de riesgos saludable, y también requiere un acto de fe que cuando ocurre una infracción puede ser reconocida, abordada y resuelta. Ciertamente, es más fácil para las personas asumir ese riesgo cuando las relaciones pasadas fueron respetuosas, gratificantes, amorosas y seguras. Cuando los sobrevivientes de trauma incluso piensan en forjar una relación íntima, a menudo son perseguidos por el pasado. Las suposiciones y expectativas arraigadas en el abandono o abuso previo se superponen inconscientemente sobre el presente. Estaba herido antes. Por lo tanto, me lastimaré de nuevo.

Ese miedo pone en movimiento una variedad de formas en que los sobrevivientes de trauma pueden mantener a los demás a distancia. La ira, la irritabilidad, la crítica, el sarcasmo, el humor inapropiado, las pruebas constantes, el perfeccionismo, las expectativas poco realistas e injustas y los límites inapropiados pueden utilizarse para cortocircuitar o sabotear conexiones potenciales. En el corto plazo, estos comportamientos cumplen su propósito: aumentar la sensación de seguridad al no permitir que nadie entre o que la relación progrese. Pero a largo plazo, estas estrategias de afrontamiento aumentan la alienación, profundizando los sentimientos de baja autoestima, insuficiencia, soledad e incluso desesperación.

En la próxima entrega veremos algunas formas en que los terapeutas pueden comenzar a ayudar a los sobrevivientes de trauma a renunciar a la armadura que se siente tan necesaria, pero en realidad los mantiene tan atrapados.