Cuatro razones por las que su hijo probablemente no necesita medicamentos para el TDAH

Existe una enorme presión sobre los padres para garantizar que a sus hijos les va bien en la escuela. Lo sé; como padre, me sentí abrumado por la presión de llevar a mi hija al jardín de infantes "correcto" para darle las mejores oportunidades de tener una vida feliz y exitosa. ¡Preescolar!

Pero a medida que disminuye el recreo y los niños pasan una mayor cantidad de tiempo en el interior y las pruebas han reemplazado a las artes y la educación física, los padres recurren cada vez más a las intervenciones médicas para ayudar a su hijo a mantenerse enfocado. Un artículo reciente publicado por National Public Radio (NPR) sugiere que deberíamos comenzar a reexaminar las actitudes predominantes hacia las capacidades de atención de los niños, específicamente la prevalencia moderna de diagnósticos de TDAH. Los niños se mueven y pierden la atención como parte de ser niños, no siempre porque algo anda mal. Esto se ve agravado por los esfuerzos por mantenerlos en sus asientos durante largos períodos de tiempo en lugar de involucrarlos en el aprendizaje que es móvil y activo. Considere estas cuatro guías cuando trate de evaluar la dificultad de su propio hijo en la escuela.

Los diagnósticos de TDAH han aumentado dramáticamente. El diagnóstico de TDAH en niños ha aumentado un 30% en los últimos 20 años. Sin embargo, los investigadores genéticos indican que la tasa de este aumento es demasiado rápida como para ser el resultado de la evolución genética. La desconexión entre la asistencia médica para una mayor prevalencia de TDAH y el fuerte aumento en los diagnósticos sugiere que muchos niños están siendo tratados y medicados por una condición que no tienen.

Los criterios para el diagnóstico general son subjetivos e inadecuados. NPR informa que la práctica estándar actual permite realizar un diagnóstico de TDAH dando respuestas afirmativas o negativas a una serie de solo nueve preguntas. Dimitri Christakis, profesor de pediatría de la Universidad de Washington y director del Centro de Salud Infantil, Conducta y Desarrollo del Hospital de Niños de Seattle, dice que esta es una herramienta de medición inadecuada para el TDAH. La investigación de Christakis indica que la capacidad de prestar atención es más matizada que cualquier cuestionario de nueve preguntas.

Es probable que se encuentren verdaderos diagnósticos en el cerebro. A pesar de la falta de marcadores genéticos, los neurocientíficos de la Universidad de Yale han encontrado vínculos entre ciertas redes neuronales y personas con diagnósticos severos de TDAH. Los investigadores señalaron, sin embargo, que sus técnicas para identificar a las personas con dificultad para concentrarse no estaban listas para su uso como herramienta de diagnóstico. Un desafío adicional al utilizar técnicas de imágenes cerebrales para diagnosticar TDAH es que la dificultad para enfocar es un síntoma que no es exclusivo del TDAH, y actualmente no hay manera de distinguir si la incapacidad de una persona para concentrarse proviene del TDAH, depresión u otras causas. Incluso donde la evidencia parece ser más prometedora, los expertos aún no confían en su capacidad para diagnosticar el TDAH.

El verdadero problema no se puede tratar con medicamentos. Es normal que tanto niños como adultos ocasionalmente tengan dificultades para concentrarse en tareas mundanas. Pero antes de alcanzar el botiquín o llamar a su médico, intente primero con este remedio casero: haga ejercicio. Incorporar movimiento y actividad en su día puede ser de gran ayuda para que su hijo y usted se concentren cuando lo necesite.

No hay duda de que los padres quieren lo mejor para sus hijos, pero medicarlo desde una edad temprana puede causar más daño que ayuda, y todos se beneficiarán al salir juntos y mantenerse activos.