¿Cuán humilde eres?

"Siempre sé humilde y amable", dice la letra de Tim McGraw. ¿Lees esta línea y piensas que ser humilde y amable significa ser un felpudo? ¿Connota ideas de poner a todos los demás en primer lugar y nunca obtener nada para ti? Un estudio de investigación delineado en Psychological Science dio esta idea de la definición de humildad:

"En el nivel intrapersonal, la humildad implica una visión precisa del yo. En el nivel interpersonal, la humildad implica una postura que está orientada a los demás en lugar de enfocarse en sí misma. "La humildad, según esta definición, conduce a la fortaleza, como vemos en esta cita de Lao Tse:

"Conocer a los demás es inteligencia;
conocerte a ti mismo es la verdadera sabiduría.
Dominar a los demás es fortaleza;
El dominio de sí mismo es verdadero poder."

La mayoría de la gente pasa mucho tiempo intentando descubrir a los demás: "¿Qué quiso decir con eso?" "¿Qué estaba pensando?" "¿Por qué tomaría esa decisión, frente a otra opción?" La gente hace esto y piensa en es como "conocer a los demás". Se podría decir: "Recibo personas, soy sabio". Pero conocerse conduce al dominio de uno mismo, y ahí es donde reside el verdadero poder.

Para alcanzar ese poder, la humildad es un paso imprescindible. Si, como dicen los autores del estudio, implica una visión precisa del yo, ¿cómo se obtiene esa visión precisa? Desafortunadamente, muchas personas han crecido con alguien, padres u otros adultos, que han transmitido una sensación de "no vales la pena". Tener una visión precisa del yo requiere energía y disciplina. Las voces en tu cabeza pueden contar una historia que no te pertenece. La humildad no se trata de tomar estas voces y usarlas como una oportunidad para darte una paliza. Significa ver su propia humanidad, sabiendo que tiene tanto fortalezas como áreas de mejora, y ser justo y equilibrado consigo mismo. Solo cuando uno se ve a sí mismo con precisión puede suceder la segunda parte de la ecuación de la humildad, como lo describen los investigadores. Estar "orientado al otro", de una manera humilde, significa ver la conexión entre todas las cosas. Significa reconocer que la otra persona también es un ser humano falible y, sabiendo esto, tener compasión por ellos. Puede significar que en lugar de promover su propia agenda ("enfocarse en sí mismo"), pasa el tiempo entendiendo lo de la otra persona.

No es fácil. La humildad es probablemente uno de los estados más elusivos. No parece venir naturalmente a la mayoría de la gente, pero las recompensas son ricas. Si quieres la confianza y el "poder verdadero" y la fuerza que viene de ser una persona más humilde, prueba estos seis pasos:

  1. Salga de usted de vez en cuando en relación con los demás. ¿Qué significa esto? La gente entra en una rutina, o un baile o ritmo, en la forma en que operan con otras personas. Su cónyuge dice esto y usted responde inmediatamente con eso. Escuchas la voz de tu madre cuando comienza a decir algo y solo sabes lo que ella dirá y estás listo para reaccionar. En lugar de reaccionar de la manera habitual que siempre haces, haz una pausa. Salga de la situación y observe lo que está sucediendo. Sea más objetivo en sus tratos con los demás. Puede estar listo para filtrarlos, pero ¿qué papel desempeña en el intercambio? Solo observa y mira lo que puedes aprender.
  2. Escucha. En lugar de escuchar hablar, pon tu atención en la otra persona. No solo escuches las palabras; escucha lo que hay debajo ¿Qué necesitan de ti en el momento en que están hablando? Concéntrese en la otra persona.
  3. Mire sus emociones y entienda sus desencadenantes. Cuando te enojas, ¿qué provoca la ira? Cuando estás triste, ¿qué estimula la emoción de la tristeza? Cuando te sientes feliz, ¿qué contribuye a tu alegría? Interesarse en su propia respuesta emocional. En lugar de solo responder la próxima vez, considere su respuesta y con qué se conecta. Cada emoción tiene un aprendizaje dentro de ella.
  4. Dale alegremente Muchas personas se dan por culpables o por su responsabilidad o una conexión con ser "una buena persona". Esto puede provocar resentimiento y frustración cuando otros no se lo dan a usted, o cree que usted da demasiado. Cuando das, déjate ir y da con abandono: sé un dador alegre.
  5. Comience todos los días. A la mayoría de las personas no se les enseña la humildad. Se puede confundir con simplemente dejar al ego a un lado, o dar tanto de sí mismo que ¡queda muy poco! La verdadera humildad es saber quién eres y tener la tranquila confianza en ti mismo de que eres capaz de concentrarte en el otro, sin sacrificar todo lo que te importa. No es fácil. Requiere práctica. Busque maneras cada día de practicar "ser humilde y amable".