¿Deberíamos informar sobre los suicidios de Spade y Bourdain?

El reportaje de suicidio es un área gris en el periodismo

Esta semana fue difícil para los fanáticos de la cultura pop en todas partes. En poco tiempo, la diseñadora de moda Kate Spade y el famoso chef Anthony Bourdain se ahorcaron. Ambas estrellas no solo fueron tremendamente exitosas sino también aparentemente problemáticas. Al igual que con las enfermedades físicas y mentales, el suicidio no discrimina.

El reportaje sobre el suicidio siempre ha sido un esfuerzo turbio para los periodistas. El sitio web Reporting on Suicide, que se asocia con Poynter, el Ad Council y el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Columbia, entre otros, recomienda lo siguiente:

La cobertura mediática y en línea del suicidio debe informarse mediante el uso de las mejores prácticas. Algunas muertes suicidas pueden ser de interés periodístico. Sin embargo, la forma en que los medios cubren el suicidio puede influir negativamente en el comportamiento al contribuir al contagio, o de manera positiva al fomentar la búsqueda de ayuda.

Esto es lo que la Sociedad de Periodistas Profesionales tiene que decir sobre informar sobre el suicidio: “Tenga cuidado al informar sobre suicidios que no involucran a una persona pública o un lugar público”.

Ambas partes de la guía dejan mucho a la interpretación.

TEA/123RF

Fuente: TEA / 123RF

Tanto Spade como Bourdain eran figuras públicas, que a pesar de las objeciones de lo contrario, probablemente hace que informar sobre sus suicidios sea un juego justo para los periodistas. Ahora, si estas personas fueran ciudadanos privados, informar sobre sus suicidios tendría menos sentido.

Teniendo en cuenta que estas dos celebridades vivían en el ojo público, si un periodista profesional no cubría sus muertes de manera responsable, es inevitable que algunos miembros del público informaran sobre estas muertes de una manera que podría carecer de sensibilidad, verificación o supervisión editorial, especialmente en esta era de la Ley de Moore, cuando las cosas pueden abrirse camino en línea en cuestión de segundos.

En cuanto al “contagio”, los investigadores han demostrado que algunos tipos de informes pueden aumentar el riesgo de suicidio en individuos propensos. Este aumento depende de la cantidad, duración y prominencia de la cobertura.

Una vez más, según el sitio web Reporting on Suicide:

El riesgo de suicidios adicionales aumenta cuando la historia describe explícitamente el método de suicidio, utiliza títulos o imágenes dramáticas / gráficas, y la cobertura repetida / extensa sensacionaliza o glamoriza una muerte. El contagio de suicidio o “imitación suicida” ocurre cuando uno o más suicidios se informan de una manera que contribuye a otro suicidio.

El suicidio es una epidemia y un gran problema de salud pública. En 2013, hubo 41.149 suicidios en los Estados Unidos, y fue la décima causa de muerte, según los CDC. Aunque el comportamiento suicida es complejo y mutifactorial, es muy poco probable que solo el reportaje pueda dar lugar a este acto desafortunado, es muy posible que la presentación de informes pueda ser un factor estresante.

Un ejemplo: Bourdain discutió el suicidio con franqueza antes de morir. Se suicidó 3 días después de Kate Spade y, de la misma manera, ahorcó. Es muy posible que él supiera de la muerte de Spade y de alguna manera estuviera influenciado por él.

Pero así como los informes de suicidio pueden inclinar a una persona vulnerable a cometer el acto, estos informes también pueden aclarar el tema del suicidio y alentar a una persona a buscar ayuda. Si la celebridad favorita de una persona se suicida, esta tragedia puede servir como motivación para evitar el mismo destino.

El Centro Dart para Periodismo y Trauma, que es un proyecto de la Escuela de Periodismo de Columbia, hace las siguientes recomendaciones a los reporteros que intentan cubrir el suicidio:

  • Enfócate en el problema y no seas sensacional;
  • Sea sensible al acercarse al suicidio y las fuentes cercanas a la víctima;
  • Sea proactivo y genere conciencia al arrojar luz sobre la prevención y la intervención;
  • Considera todo en contexto;
  • Sea coherente y entreviste a una variedad de fuentes, como psiquiatras, expertos en salud pública, consejeros, grupos de defensa y demás;
  • Pídales a las fuentes información sobre qué fotos se usan y no incomode a las fuentes con preguntas incesantes;
  • No publique fotos de la ubicación o método de suicidio;
  • No juzgue ni califique el suicidio como un “delito”;
  • Clasifique el suicidio como un problema de salud pública y proporcione al lector recursos tales como enlaces a líneas directas de prevención y grupos de apoyo;
  • Trabajar con un editor y otros periodistas para informar de manera responsable;
  • Concéntrese en la recuperación y la esperanza y no revolcarse en la muerte.

La orientación proporcionada en esta publicación no se aplica de forma formal. Sería ideal que cada periodista considere estos puntos de cerca antes de informar sobre el suicidio, pero este no es siempre el caso. Es probable que algunos periodistas se den cuenta de la posibilidad de que una historia sobre el suicidio de celebridades se convierta en viral y llegue a millones de lectores, especialmente inmediatamente después del evento. Sin embargo, es importante que los periodistas (y editores) se den cuenta de que una “primicia” no vale ni compromete el sentido de la humanidad ni pone al lector en peligro. Las víctimas del suicidio merecen respeto y compasión no solo por ellas mismas sino también por los seres queridos que dejan atrás.

Si está contemplando el suicidio, sepa que hay ayuda y esperanza en el mundo. No estas solo. Un buen lugar para comenzar el proceso de curación es el National Suicide Prevention Lifeline, donde la ayuda de 24 horas se encuentra a solo una llamada de distancia: 1-800-273-8255.