Decisiones financieras y emociones

En una reciente conferencia sobre el papel de las emociones en las decisiones financieras que di a los asesores financieros de un gran banco de inversión, escuché a muchos en mi audiencia quejándose de sus clientes. La mayoría de ellos estuvo de acuerdo en que cada vez es más difícil entender la actitud de riesgo de sus clientes, sus expectativas e incluso el horizonte en el que desean invertir. Cuando dicen "bug" con preguntas, dicen, los clientes a menudo responden diciendo: "¿Qué sé? ¡Eres el experto! "

En el mundo actual, donde la mayoría de los médicos relegan a sus pacientes decisiones médicas difíciles, incluida la decisión de tomar un tratamiento cuando padecen cáncer terminal, y donde la mayoría de los pacientes cooperan con esta política, los inversores siguen siendo reacios a asumir más responsabilidad sobre sus propias finanzas Como si el dinero fuera mucho más importante que la vida y la muerte. La sabiduría convencional sobre tal comportamiento enfatiza la complejidad: las decisiones de inversión son complejas y las personas tienen "cognición limitada".

Pero, ¿son realmente más complejas que las decisiones médicas? ¿Los asesores de inversión solicitan a sus clientes realizar análisis de media-varianza? En las últimas dos décadas, la "simplicidad" se convirtió en la palabra mágica de la ingeniería financiera. Haga que la información financiera sea accesible y simple para los inversores y ellos se responsabilizarán. Pero esto no parece funcionar. Esto no funciona porque el problema no está en la entrada de la toma de decisiones financieras sino en la salida. No es que los inversionistas carezcan de información o inteligencia para decidir, sino que simplemente no quieren decidir, o decirlo de forma más correcta, que quieren que otras personas decidan por ellos. El impedimento para tomar decisiones financieras no es cognitivo sino emocional. En el centro de este obstáculo emocional yace el arrepentimiento y el miedo a lamentarse.

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Fuente: parpadeo

Un completo corpus de trabajos de investigación en psicología y economía del comportamiento documenta el fenómeno. Las personas a menudo son reacias a tomar decisiones si esperan que puedan arrepentirse. Uno podría preguntarse por qué el arrepentimiento juega un papel mucho más pequeño en las decisiones médicas. La respuesta es que, para sentir arrepentimiento, necesitamos saber los contrafactuales. Necesitamos poder razonar en retrospectiva sobre lo que habría sucedido si hubiésemos tomado una acción diferente. Es casi imposible hacerlo cuando tomamos decisiones sobre nuestra salud. Si decidimos para el tratamiento A contra una determinada enfermedad, sabríamos lo bien que lo hacemos, pero nunca sabríamos lo bien que hubiéramos hecho con el tratamiento B. Es muy diferente con las decisiones financieras. Si decidimos a favor de las acciones y en contra de los bonos, no podríamos evitar informarnos a nosotros mismos en el futuro si tomamos la decisión correcta; después de todo, un simple clic en Internet revelará todos los contrafactuales posibles en cuestión de segundos. ¡Al parecer esto es bastante intimidante!

Si todo esto tiene sentido, ¿significa también que debemos renunciar a los inversores? en nosotros mismos?

¿Significa que queda poco margen para hacer que las personas sean más responsables en sus finanzas? ¡De ningún modo! pero dejaré el "cómo" para una publicación posterior.