DES: Recordando un capítulo trágico en el parto en los Estados Unidos

Hace cuarenta años, el 22 de abril de 1971, un estudio científico conmocionó a la nación al mostrar que los DES, una popular droga para el embarazo, tenían efectos secundarios devastadores. Algunos dicen que la droga y las consecuencias ayudaron a lanzar el movimiento de salud de la mujer. Cambió para siempre la naturaleza de la relación paciente-ginecólogo, cristalizando y politizando la ira que se forma entre las mujeres estadounidenses.

DES, abreviación de diethylstilbestrol, es un estrógeno sintético que se le había dado a millones de mujeres estadounidenses de 1938 a 1971. Se promocionó para evitar abortos involuntarios. La trágica ironía es que no solo fue ineficaz la droga, sino dañina. En el peor de los casos, el DES desencadenó una forma rara y mortal de cáncer vaginal en aproximadamente una de cada 1,000 mujeres cuyas madres tomaron el medicamento. Miles, quizás millones, de hijas DES, son infértiles. El estudio fue publicado en el New England Journal of Medicine y fue noticia en todos los periódicos nacionales importantes al día siguiente.

Y sin embargo, la historia no ha terminado. Los activistas de DES se preocupan de que la droga pueda haber causado anormalidades genéticas transmitidas por generaciones. Durante años, han estado preocupados de que las mujeres que han estado expuestas a niveles anormalmente altos de estrógeno en el útero puedan sufrir defectos genéticos que se transmitirán a sus hijos. En otras palabras, el legado de DES (un fármaco popularizado por el bombo y la falsa esperanza) sigue vivo. Este mes, investigadores franceses publicaron los resultados de un estudio que incluye más de 500 familias expuestas al DES que sugiere que el DES puede causar defectos físicos entre los niños nacidos de madres con DES expuestas. En otras palabras, encontraron malformaciones entre los nietos de mujeres que tomaron la droga. El estudio, publicado en Fertility and Sterility, encontró un riesgo ligeramente mayor de hipospadia (una abertura de uretra en la parte inferior del pene) entre los niños cuyas madres habían estado expuestas al DES.

El estudio dista mucho de ser concluyente y realmente no cambiará nada para los que sufren, excepto tal vez lo que sucede en los tribunales. El medicamento no se ha administrado a mujeres embarazadas desde 1971, pero los hallazgos recientes son un recordatorio de este horrible capítulo en la historia de la salud de la mujer. Las mujeres tomaron ansiosamente las altas dosis de estrógeno en los medicamentos a mediados del siglo XX porque teníamos fe en nuestros médicos, en la medicina y en los Estados Unidos. Nunca volveremos a ser tan optimistas ni confiaremos tanto en nuestros expertos. De alguna manera, es una pena. Pero la fe ciega nunca crea relaciones sanas. Puede que ya no seamos pacientes obedientes como lo fueron nuestras madres, pero tal vez estamos creando una mayor apertura con nuestros médicos y adquiriendo una comprensión más profunda de sus consejos de salud.