Descifrando psychologese

Podemos agradecer (o culpar) a la psicología moderna por el basurero lleno de jerga que se ha infiltrado en nuestro lenguaje cotidiano. Autoestima. El inconsciente. Conexión. Validación. Autenticidad. Codependencia. Deslizamiento freudiano. Límites Acondicionamiento. No es que la psicología acuñara todos estos términos, pero son prominentes en nuestra cultura amigable con la psicología. A veces, las palabras realmente capturan el evento o construcción que describimos. Pero a veces están tan sobreutilizados que pierden su significado.

Imagine este fragmento de una sesión de terapia:

Cliente: "Mi esposo no me valida, y eso priva mi sentido de autoestima".
Terapeuta: "Tu niño interior está buscando un abrazo de papá".
Cl: "Sí, mi ser auténtico está buscando la conexión".
Th: "Pero tu defiendes contra las violaciones de los límites que pueden conducir a un enredo".
Cl: "Uh huh. He sido condicionado de esa manera ".
Th: "Mmmm …"

¿Qué? Tales intercambios tienen tantas palabras de 50 centavos que se necesita un tesauro y un criptólogo para descubrir qué está pasando. Si bien la jerga de la psicología puede ser una taquigrafía útil para algunos, para otros nubla las emociones e ideas importantes que deben compartirse. Además, sin una definición clara de los términos, el terapeuta y el cliente pueden arrojar la jerga de un lado a otro durante una hora (o más) y perder completamente el punto.

Esto me sucedió al principio de mi entrenamiento. Un cliente vino a discutir sus problemas con la codependencia. Como una nueva psicóloga futura con muchos conocimientos de libros, asumí que estábamos hablando sobre la condición en la que una persona es psicológicamente dependiente de una manera no saludable con alguien adicto a una droga u otro comportamiento autodestructivo. Después de dos meses de trabajo improductivo, finalmente le pregunté a la cliente qué quería decir con "codependiente". Ella dijo que eso significaba que era tímida y poco firme. Los dos definitivamente están relacionados, pero no es exactamente el mismo problema. Pasamos dos meses ladrando el árbol equivocado porque no nos tomamos el tiempo para definir nuestros términos.

La terapia es un ambiente tan cálido, empático (aquí vamos con la jerga de nuevo) que es tentador creer que siempre estamos en la misma página. Los terapeutas asumen que los clientes saben "psicólogo" porque hablamos de esa manera todo el tiempo. Los clientes suponen que los terapeutas entienden su lenguaje porque, bueno, eso es por lo que nos pagan. Pero como personas con trabajos, experiencias y educación diferentes, se deben esperar malentendidos.

El objetivo de este blog es ayudar a los clientes a aprovechar al máximo su terapia. El cliente facultado es libre de pedirle al terapeuta que defina cualquier término que no sea claro. Esto se aplica a todas las reflexiones, observaciones, interpretaciones y asignaciones de tareas, también. Parte del producto que paga en terapia son las palabras que el terapeuta le dice. Pídale que le entregue ese producto de una manera que pueda entender y usar.

¿Eso resuena contigo?