Dolor, sufrimiento y validación

Una publicación anterior describió cómo el dolor se vuelve sufrimiento cuando no actuamos según su motivación natural para sanar, corregir o mejorar. Una forma común de convertir el dolor por doblarse en sufrimiento es percibir una necesidad de validación , que sustituye la aprobación de los demás por la motivación de empoderamiento para sanarse y mejorarse a uno mismo.

Si crees que la validación es lo que necesitas, intentarás que alguien confirme que tu dolor está justificado . Esto lo mantiene hiper enfocado en el dolor y las razones para ello. Sabemos que el enfoque mental amplifica y magnifica el objeto del foco; cuanto mayor sea el foco en el dolor, más intenso y generalizado se vuelve. Si alguien duda en validar su dolor, es probable que haga un mayor esfuerzo para expresarlo y justificarlo y así aumentar su intensidad y duración.

El fracaso de otros para validar el daño de aquellos que piensan que necesitan validación se siente como el tipo de abuso más cruel. El impulso de tomar represalias se vuelve irresistible: "Eres frío, desconsiderado, egoísta, desalmado, narcisista, inmoral, abusivo, etc."

Por justificado que parezca, las represalias hacen que las personas se pongan a la defensiva y reducen su capacidad de validación. Su respuesta a su necesidad de validación será, "¿Qué pasa con mi dolor?"

En su forma más trágica, la creciente necesidad de validación por parte de aquellos con capacidad decreciente para darles mantiene a las personas encerradas en relaciones malas y abusivas. Las partes sienten que no pueden estar bien hasta que sus parejas "entienden" lo mal que se sienten. Pero sus parejas no pueden entender lo mal que se sienten, porque la culpa y la vergüenza de reconocer el daño infligido a sus seres queridos sería abrumador.

¿Quién necesita la validación de todos modos?
La noción de que el dolor necesita ser validado es extraño, cuando se considera su función como el sistema de alarma primario del organismo. No evolucionó para ser validado; evolucionó para motivar acciones correctivas. No valida o justifica la alarma de humo. Ves si hay un incendio, y si es así, lo apagas o sales del edificio en llamas.

Nunca necesitamos justificar el daño o convertirlo en sufrimiento a través de una necesidad percibida de validación. Solo necesitamos actuar según su motivación para sanar, corregir y mejorar.

Curamos el dolor emocional al comprometer nuestra capacidad innata de crear valor y significado en nuestras vidas.

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