Dolores crecientes: la clase parental

Abraham Lincoln dijo: "Tienes que crecer a tu manera, sin importar qué tan alto sea tu abuelo".

El "crecimiento" a menudo es doloroso para los padres, sin importar cuánto digan que quieren que su hijo sea responsable y crezca.

El crecimiento de un niño a menudo va de la mano con la pérdida de un padre de control o importancia percibida en la vida del niño. Incluso podría ser una de las razones detrás de la intensa crianza de helicópteros, y también detrás del estilo despreocupado de los padres, el niño que deja que el niño haga lo que quiera, permaneciendo muy despreocupado y relajado. Ambos extremos, como yo lo veo, son formas de control. El primero en que el padre intenta ver todo; el segundo en el que el padre trata de no ver nada.

Ambos están al servicio del padre.

Sigo pensando en esto a medida que nos acercamos al Día de la Madre, unas vacaciones cargadas de equipaje, tanto buenas como malas. Ser padre es un estado tan intenso. Es profundo y profundamente humillante. Como padres, se nos pide (creo) que ataquen y vuelvan a encender, y de nuevo encuentren una nueva forma de lograr un equilibrio fluido y recalibrado entre cuidarnos y cuidar de nuestros hijos (una vez que tengan la edad suficiente para cuidarse a sí mismos). cada edad y etapa apropiados para cada edad).

Cuidando y no cuidando. ¿Ves la diferencia sutil?

Cuidar, para mí, significa hacer por. Preocuparse significa alentar y quizás preguntar "¿cómo puedo ayudar?" Y escuchar lo que dice el niño. Puede ser una acción, pero no siempre.

El siguiente pequeño ejercicio puede ser un regalo para ti misma del Día de la Madre (o del Día del Padre). Puede ser muy revelador y también útil para realinear su forma de pensar acerca de quién hace qué y para qué como padre:

  • Piense en usted mismo a la edad de su hijo.
  • Imagínate a ti mismo como si lo vieras a través de los ojos de tus propios padres
  • Haga una lista de sus fallas percibidas usando la perspectiva que tienen sus padres de usted
  • Observe cuál de sus fallas percibidas resultó no ser tan terrible para usted
  • Considere si lo mismo es cierto para su hijo.

¿Qué aprendiste sobre ti ?

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