El secreto para mantenerte fresco cuando estás realmente loco

Todos conocemos la situación: sucedió algo que nos molestó, lo pasamos por la cabeza, nos pasamos la bomba, decimos cosas que no queremos decir, nos agotamos y, en última instancia, por lo general terminamos lamentando algo que dicho o hecho (¡o lo que no dijimos!)

Emma Seppälä
Fuente: Emma Seppälä

La ira, por supuesto, tiene su lugar. Después de todo, como lo han descubierto los investigadores, te alerta sobre el hecho de que algo puede estar mal y puede motivarte a actuar frente a la injusticia. Sin embargo, también tiene su costo. En muchos sentidos, parece una respuesta de estrés elevada. Aumenta la presión arterial, la frecuencia cardíaca y los procesos inflamatorios celulares y, cuando ocurre con demasiada frecuencia, aumenta las posibilidades de enfermedad cardíaca. Por no mencionar que solo nos enloquece y arruina nuestro día, o incluso semanas y meses si albergas resentimiento durante mucho tiempo.

Entonces, ¿cómo podemos cosechar los beneficios de la ira sin sucumbir a sus peligros? Perdón. Parece simple pero la investigación muestra que hay mucho para eso.

Por un lado, el perdón parece contrarrestar los efectos de la ira en un nivel físico mediante la disminución de la presión arterial y en un nivel psicológico mediante el aumento de sus emociones positivas. La investigación muestra que las personas que son más indulgentes tienen menos emociones negativas en general y, por lo tanto, tienden a mejorar en las relaciones. Otra forma en que mejora su vida social es que el perdón tiende a hacer que las personas sean más amables y más generosas.

La ira nos abruma y se apodera de nuestra vida. Nos hace "aferrarnos" a la situación que desearíamos que hubiera sucedido de manera diferente, la persona con la que estamos enojados, o incluso a nosotros mismos. No podemos dejarlo ir. Como consecuencia, seguimos nuestra vida con una nube sobre nuestra cabeza, incluso si otras cosas van relativamente bien. Por ejemplo, estás enojado con un colega y traes tu ira a casa. Allí, en lugar de disfrutar de la cena con el cónyuge y los hijos que amas, pasas el tiempo pensando en alguien que no conoces, desperdiciando momentos preciosos con tu familia. Sin embargo, la investigación muestra que el perdón puede ayudarlo a dejarlo ir. Puede ayudarlo a salir de situaciones molestas más fácilmente para que pueda disfrutar plenamente de los otros aspectos de su vida. Literalmente te alivias. Un estudio incluso mostró que aprender a perdonar realmente ayuda a las personas a percibir las colinas como menos empinadas. Incluso son capaces de saltar más alto. Mientras que la carga psicológica de la ira te pesa, el perdón aligera tu paso.

Lo más importante, sin embargo, es el perdón de uno mismo. A menudo, cuando nos enojamos y hacemos algo que lamentamos, volvemos nuestra ira hacia nosotros mismos. Esta tendencia no solo no nos ayuda, sino que además daña nuestra salud y bienestar.

Perdón no significa no tomar medidas para rectificar una situación, o no hablarle a alguien. Significa, sin embargo, que lo hará desde un espacio más tranquilo y más reflexivo, probablemente obteniendo mejores resultados. Lo más importante, serás más feliz.

HarperOne
Fuente: HarperOne

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Twitter @emmaseppala