En la confesión

Josephine Ensign
Fuente: Josephine Ensign

Al igual que las tragedias en los anfiteatros públicos de la Antigua Grecia, vivimos en una época del espectáculo de la confesión pública, en programas de televisión y reality shows, salas de chat en Internet, otras fuentes de medios en evolución y en libros. Si esto es algo bueno o malo, o una combinación (probable) para individuos, familias, comunidades y nuestra sociedad es un tema de debate. ¿Confesamos tener una sensación de catarsis o un dispositivo que llama la atención para decir "mira el mundo: yo existo"? ¡Puedo ser raro, pero existo! "¿Confesamos por la esperanza de la fama y la fortuna? Por el deleite vicario que tenemos al ver los restos de trenes de personas que están peor que nosotros? ¿Y por qué es esto particularmente americano? (Porque es). Reflexionar sobre las similitudes con las tragedias de la Antigua Grecia, ¿es parte de nuestra versión de la democracia? Estas son preguntas que me hice a mí mismo durante el proceso de escribir mi primer libro, "Atrapando la falta de vivienda", como una forma de informar y formar el contenido de mi escritura.

Hay algunos eventos en mi vida que prefiero no recordar, y espero no repetir, como sumergirme en la depresión profunda y la falta de vivienda. En mi libro, decidí hablar sobre estos episodios de mi vida, no como un sello de autenticidad o para despertar piedad o repugnancia, sino porque son esenciales para la historia que estoy contando y para los asuntos de política que busco iluminar. Otros aspectos de mi vida-detalles sobre ciertos eventos significativos o personas en mi vida personal, como mi matrimonio precoz, el divorcio y la vida familiar-elijo aludir, resumir brevemente o dejar de lado. Para mí, estas fueron decisiones estéticas y éticas que defiendo. No son esenciales para la historia que estoy diciendo, para el mensaje principal de mi libro.

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Nota: Los párrafos anteriores (a excepción de la oración final) se incluyeron originalmente en los borradores anteriores de la sección "Nota del autor" del manuscrito de mi libro. No recuerdo mi razón de ser para haberlos borrado de la versión final de mi libro. Creo que son cuestiones importantes, especialmente a la luz de nuestra conversación nacional actual sobre la violencia de género, la dinámica de poder y sobre quién contará sus historias de trauma. Las mujeres necesitan libertad para poder contar sus historias de la forma en que deciden contarlas. Y para ser escuchado.