Si es realmente honesto consigo mismo por un momento, ¿qué tan éticas son sus conductas de liderazgo? ¿Eres digno de confianza? ¿Siempre muestras respeto por los demás? ¿Está dispuesto a renunciar a las ganancias potenciales si esto significa cuidar mejor las necesidades de sus empleados?
Dado que el famoso historiador británico Lord Acton declaró en el siglo XIX que "el poder tiende a corromper", una observación respaldada por numerosos estudios, parece que equilibrar las necesidades y los intereses de los diferentes interesados puede desafiar incluso a los más éticos entre nosotros.
Entonces, cuando te presionan para que continuamente obtengas mejores resultados, ¿puedes permitirte mantener tu moral?
"En la última década, más de 100 estudios con más de 30,000 empleados han encontrado consistentemente que los empleados que creen que su líder es ético son más felices, están más comprometidos, funcionan mejor, tienen más probabilidades de ayudar a los demás y menos de comportarse de forma no ética", explicó El profesor David Mayer de la Universidad de Michigan cuando lo entrevisté recientemente.
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Y si bien los resultados del negocio son impresionantes, tal vez sea más alentadora la observación de David de que muchos ejecutivos adoptan las prácticas de liderazgo ético debido al tipo de líderes que esperan ser y al legado que desean dejar.
"Los líderes éticos son personas morales y administradores morales", explicó David. "No solo actúan de forma ética por sí mismos, sino que intentan crear el tipo de entorno adecuado para influir en los comportamientos de los demás creando una cultura ética, hablando de ética y siguiendo realmente con políticas y prácticas que alienten a los empleados en el organización para hacer lo correcto ".
Pero, ¿el liderazgo ético es algo que se puede enseñar?
Mientras que los investigadores coinciden en que nuestra biología y educación impacta los valores que tenemos, David y sus colegas encontraron que el entorno laboral juega un papel importante para ayudar a las personas a superar sesgos que pueden distorsionar la forma en que surgen sus valores y crear una cultura ética para ayudar a comportamiento.
Entonces, ¿qué puedes empezar a hacer para ser un líder más ético?
En un capítulo que David recientemente contribuyó a "Cómo ser un líder positivo: pequeñas acciones, gran impacto", tres enfoques que él recomienda son:
Como líder, ¿qué puedes hacer para desarrollar tus músculos éticos?
Para obtener ejemplos prácticos más probados, puede ser más un gerente moral que saca lo mejor de sí mismo y que otros tomen una copia de "Cómo ser un líder positivo: pequeñas acciones, gran impacto".