Espejo Espejo

¿Accidentalmente llamó la atención de alguien en su camino al trabajo esta mañana? Y, si te sonrieron, ¿te encontraste automáticamente sonriendo? Lo más probable es que lo hayas hecho, es difícil resistirse. Quizás también sentiste que sabías algo sobre lo que esa persona estaba pensando: son felices o amistosos; tal vez incluso te encontraste gustando.

¿Cómo entendemos las acciones e intenciones de los demás tan fácilmente? Algunas veces se llama "el problema de otras mentes", y el problema es este: si solo tengo acceso a lo que sucede en mi mente, ¿cómo puedo entender las mentes de otras personas? Podría ser una parte clave de trastornos como el autismo, donde las personas parecen tener problemas para entender el estado mental de los demás.

Una razón por la que los humanos somos tan buenos puede ser la corteza parietal y premotora del cerebro, dos regiones que reciben mucha información del resto del cerebro y tienen las conexiones para influir en nuestras acciones.

Estas regiones son notables porque contienen neuronas que tienen el potencial de darnos acceso a las mentes de los demás. Se llaman neuronas espejo porque literalmente reflejan las acciones de otra persona. Cuando alguien con quien estás hablando bosteza, y sientes una necesidad irresistible de bostezar también, es posible que verlos bostezar active tus neuronas espejo, que están directamente conectadas a tu sistema motor, impulsando tus propios músculos faciales.

De hecho, las neuronas espejo están activas tanto cuando observas a otra persona realizar una acción como cuando realizas la acción tú mismo. Esto sugiere que estas células proporcionan un vínculo entre mirar y hacer, y podría ser la ruta para aprender acciones mediante la observación y el mimetismo, o la copia. Los monos también los tienen. Aún más convincentemente, la misma neurona en el cerebro de un mono está activa para observar y realizar una acción en particular. Entonces, si el mono observa a otro mono agarrar un plátano o agarrar el plátano, la misma neurona espejo se dispara.

Si lo piensas, esto es algo poderoso. Estas neuronas podrían permitirnos hacer más que "ver mono, mono hacer". También pueden proporcionar una base neuronal para la empatía. Las neuronas espejo podrían darnos una ventana a las emociones de los demás. Cuando tus propias neuronas espejo disparan en sincronía con el movimiento de la otra persona, en realidad puedes tener la experiencia de saber lo que pretenden hacer, cuál es su objetivo.

Un estudio en el Journal of Neuroscience por Jeremy Hogeveen y Sukhinder Obhi en la Universidad de Ontario investigó si el sistema de neuronas espejo está preparado por la interacción social. En otras palabras, ¿nuestras neuronas espejo están más activas si acabamos de salir de un entorno social?

No intentaron medir algo tan abstracto como la empatía; en cambio, midieron una contracción muscular apenas perceptible causada por la estimulación magnética transcraneal (TMS). TMS usa un breve pulso de electromagnetismo para activar un área pequeña del cerebro, en este caso, la corteza motora que controla los movimientos de las manos. Cuando enviaron un pulso de TMS a la corteza motora, los músculos de la mano se contrajeron imperceptiblemente, pero de una manera que se podía detectar con electrodos.

La idea era que si al ver a otra persona realizar una acción excitara el sistema de neuronas espejo, la corteza motora también se excitaría más y la contracción muscular sería más grande. Mientras más activas sean las neuronas espejo, mayor será la contracción nerviosa. Es una forma inteligente de medir la acción de las neuronas en el cerebro humano sin pegar un electrodo allí.

Hogeveen y Obhi descubrieron que la contracción era más grande si el participante había estado participando en una interacción social con un experimentador de antemano, y aún más si habían estado reflejando el comportamiento del experimentador durante la conversación. Este efecto también era específico de los movimientos que involucraban a los humanos: si un robot hacía el movimiento que observaban, el salto muscular no aumentaba.

Este experimento ingeniosamente diseñado no solo muestra que podemos cebar nuestra propia capacidad para ser empáticos con los demás aumentando nuestra interacción social y reflejando las acciones de otras personas. También sugiere que nuestras neuronas espejo son responsables del efecto. Sin embargo, vale la pena tener en cuenta que aún no hay estudios que demuestren que el sistema de neuronas espejo esté realmente activo cuando estás reflejando las acciones de los demás, y en este estudio no se registraron neuronas espejo reales. Pero la evidencia de su papel en el aprendizaje social está creciendo.