Esto simplemente tiene que parar

Recientemente tuve a Karen Carpenter-Palumbo, la Comisionada de la Oficina de Servicios de Alcoholismo y Abuso de Sustancias del Estado de Nueva York, en mi programa de radio. El tema era despenalización de la adicción. La conversación fue enérgica y la Comisaria muy sabiamente señaló que la adicción es una "enfermedad crónica". Mientras que yo estaba totalmente de acuerdo con ella, decidí hacer de abogado del diablo y le pregunté qué deberíamos hacer con las personas que tienen una enfermedad. una enfermedad que puede tener consecuencias negativas repetidas veces, no solo para sí mismos sino también para otros: destrucción de la propiedad, violencia doméstica, incidentes vehiculares y, en el peor de los casos, muerte. Ambos acordamos que el sistema de justicia penal debe trabajar en conjunto con especialistas en adicciones para rehabilitar individuos.

La realidad es (como me has escuchado decir muchas veces) que la adicción es primaria, progresiva, crónica y si no se trata fatal. A menudo resulta en la destrucción de vidas: familias, amigos e incluso extraños. Pero es una enfermedad, tiene una base biológica que ha sido probada en tantos estudios de investigación. Dicho esto, todavía tenemos que evitar que las personas destruyan la vida de otras personas. Como analizo en mi modelo de "carefrontation", debemos tratar a las personas con adicción con respeto y dignidad, no avergonzarlas ni culparlas, sino responsabilizarlas por tomar medidas para enfrentar su enfermedad. En el siglo XXI, es hora de que usemos nuestros cerebros colectivos para enfrentar esta realidad que no parece desaparecer en ningún momento en el futuro cercano.

Como vicepresidente de Caron Treatment Centers y director regional de Nueva York, tal vez soy un poco parcial, pero realmente me gusta nuestro enfoque. Consideramos que la adicción es una enfermedad biopsicosocial que puede verse muy afectada por un tratamiento compasivo y solidario que se basa en la investigación basada en resultados. Nos acercamos a todos los individuos simplemente como eso: individuos. Permitimos que cierta espiritualidad nos guíe -no una que debe estar basada en una religión o creencia particular en Dios como un poder superior- sino que se presta a reconocer que algo que está fuera de cada uno de nosotros debe guiarnos para reestructurar el forma en que pensamos y creemos acerca de la enfermedad de la adicción. Estigmatizar a las personas por tener una enfermedad es simplemente ignorante. ¡Tratarlos y responsabilizarlos por sus acciones es la única manera de hacerlo!