Facebooking en el trabajo

El cincuenta y cuatro por ciento de las compañías estadounidenses han prohibido el uso de las redes sociales en el trabajo, según un interesante artículo de Sharon Gaudin en Computerworld.

Gaudin también informa que solo el 10% de las empresas en la encuesta permite a los empleados utilizar las redes sociales mientras están en el trabajo. En julio pasado, Nucleus Research informó que la productividad cayó un 1,5% en las empresas que permiten el acceso total a las redes sociales. Esto es probablemente porque también encontraron que el 87% del uso no estaba relacionado con el trabajo. Los titulares son un poco alarmistas, sin embargo, porque también señalan que solo uno de cada 33 empleados accedió a Facebook en el trabajo. (Eso es aproximadamente un 3%, entonces lo que dicen es que el 87% del tiempo que el 3% usaba las redes sociales, no estaba relacionado con el trabajo). Sin embargo, es importante hacer realmente tu trabajo cuando estás en trabajo. Es por eso que te pagan.

La clave de todo esto es cómo se utilizan las redes sociales. A los humanos les gusta conectarse; de hecho, están biológicamente cableados para hacerlo y, cuando se ejercitan de manera apropiada, este es un comportamiento saludable. Por lo tanto, no es sorprendente que estas nuevas herramientas se adopten con entusiasmo. Facebook solo tiene más de 250 millones de personas, un aumento del 700% desde abril de 2008 hasta abril de 2009.

Antes de ir a demonizar las redes sociales, preguntemos si las herramientas de las redes sociales se utilizan o no para apoyar el trabajo de un empleado o enriquecer su vida personal. Para mantener a las personas enfocadas en sus trabajos, y no en dónde reunirse para tomar una copa después del trabajo, la mayoría de las empresas limitan la cantidad de llamadas telefónicas personales, sin mencionar la mensajería instantánea. Las redes sociales plantean nuevos problemas, por supuesto. Admito que la aplicación es un acertijo, ya que gran parte de las redes sociales se produce desde dispositivos móviles para aquellos que son flipados.

Sin embargo, si las redes sociales se utilizan para evitar las políticas de comunicación corporativa, no culpemos a las herramientas. Hay muchas personas que insistirán firmemente en que las redes sociales tienen la culpa porque es una completa pérdida de tiempo. Estarán contentos de dejar todo esto en los males de Facebook o Twitter. Esas mismas personas también se sienten muy cómodas usando el teléfono y conduciendo su automóvil. Cuando era adolescente, me distinguí por perder el tiempo por teléfono hasta que conseguí un automóvil y podía perder el tiempo en persona. El problema es el comportamiento, no las redes sociales. No es necesario ser un psicólogo (o un padre) para saber que un comportamiento positivo motivador puede ser un desafío o que a las personas les gusta compartir cosas entre ellos. Las empresas deben abordar las nuevas herramientas de comunicación simplemente como herramientas, y establecer pautas de uso adecuadas. El problema y la solución radican en la motivación y el comportamiento del empleado. Desde una perspectiva de psicología positiva, si los empleados tienen objetivos y metas apropiadamente desafiantes y definidos para reunirse en el trabajo, entonces se autorregularán o terminarán por sí mismos. La capacidad de enviar mensajes de texto o publicar un Tweet no debe verse como una indicación de un comportamiento desviado. Después de todo, hay muchas maneras de perder el tiempo.

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