La atención plena como herramienta para cultivar la compasión y la aceptación del cuerpo

En mi último blog, sugerí que aquellos que sufren de problemas en la imagen corporal y la alimentación necesitan encontrar formas de pasar de una espiritualidad impregnada de juicio a una basada en la compasión. Pero, ¿cómo encontramos la valentía que necesitamos para abandonar el modo de pensar correcto y equivocado que nos da una falsa sensación de seguridad y cubre las heridas psíquicas que necesitan curación? ¿Cómo transformamos el hábito de escapar de nuestro dolor y nuestros problemas fantaseando sobre la comida y la delgadez?

Practicar la atención plena puede ser una herramienta útil para hacer este cambio.

La atención plena es la energía de estar completamente consciente de lo que está sucediendo en el momento presente, tanto dentro como a tu alrededor. Ser consciente es reconocer y observar (sin juicio) lo que está sucediendo en su cuerpo, sus sentimientos, sus pensamientos y su entorno en este mismo momento . Practicar la atención plena es practicar volver a esta conciencia una y otra vez cuando su atención se desvía o queda atrapada en conductas y hábitos mentales condicionados.

La belleza de esta simple práctica no es solo que no es sectaria (es decir, no requiere que te suscribas a ningún grupo particular de creencias), sino que también se puede hacer en cualquier momento y lugar. Uno puede practicar ser consciente mientras conduce al trabajo, cortar verduras, escribir un poema, lavar los platos, hacer un negocio importante, cenar. No se trata de lo que estás haciendo, sino de cómo lo estás haciendo, es decir, con atención y conciencia indivisa de tu experiencia en el momento presente.

La práctica es particularmente útil cuando experimenta algún tipo de dolor, nerviosismo, urgencia o inseguridad. En lugar de huir de estos u otros sentimientos desagradables, puede practicar el hecho de ser consciente de ellos, practicar al permanecer presente ante ellos, al notarlos sin juicio . De hecho, puedes practicar aceptarlos y permanecer internamente consciente de ellos hasta que se disuelvan, lo que eventualmente sucederá. Esa es la belleza de la impermanencia de la vida.

Practicar la atención plena puede ser particularmente útil si luchas con la imagen corporal y los problemas de alimentación porque:

1. Te ayuda a desarrollar una vida interior enseñándote cómo observar lo que está sucediendo con tus pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales, sin juzgar

2. Desvía su atención de su apariencia hacia cómo se siente su cuerpo desde adentro . Para estar al tanto del momento presente debes estar presente en tu cuerpo.

3. Le ayuda a reconocer los hábitos mentales y de comportamiento y cómo ha sido condicionado a pensar, sentir y actuar en respuesta a diversos estímulos. Este reconocimiento abre la posibilidad de tomar decisiones más conscientes y deliberadas con respecto a sus pensamientos, sentimientos y acciones.

4. Aprender a reconocer los pensamientos y sentimientos internos: en lugar de dejarse llevar por ellos (o huir de ellos o aferrarse a ellos), crea nuevos hábitos que contrarrestan las estrategias de afrontamiento escapistas inútiles que representa un desorden alimenticio.

5. La práctica de la atención plena enseña el valor de tener una práctica espiritual, un método confiable para transformar el dolor y regresar a sus valores más profundos donde puede encontrar la fortaleza y el coraje que necesita para sanar.

6. La práctica de la atención plena es solo eso: una práctica. No se trata de hacerlo "bien" o luchar por la perfección. Al igual que la curación en sí misma, es un proceso de volver a capacitarte a ti mismo y a tu energía para mantenerte más centrado en la realidad presente -en lo que es- en lugar de echarle energía a cómo deseas que sean las cosas.

Para desarrollar tu capacidad de mantenerte presente en medio de pensamientos y / o sentimientos incómodos, practicar la atención plena de una manera más formal puede ser muy útil. Una de las formas más comunes de hacer esto es sentarse en silencio y "observar" (es decir, observar) su respiración. Simplemente reducir la velocidad y notar su respiración cuando entra y sale de su cuerpo tiene un efecto muy calmante.

Para ello, es útil sentarse (ya sea sobre el borde de una silla o un cojín) con la espalda recta y los hombros relajados, de modo que su barriga se expanda como un globo cuando inhale (esta es la manera más tranquilizante y nutritiva). respirar). Simplemente preste atención a su inhalación y exhalación. A algunas personas les resulta útil contar silenciosamente sus respiraciones (es decir, "respirar, exhalar, respirar, exhalar, 2", etc.). Ya sea que use esta técnica o no, simplemente devuelva su atención a su respiración cada vez que note que su mente vagó y quedó atrapada en el pensamiento.

No necesita esperar más capacitación formal para probar esta práctica simple. Recomiendo comenzar con 5 o 10 minutos diarios y acumular hasta 20 o 30 minutos si es posible. Dedicar un tiempo específico cada día para la práctica formal es una manera poderosa de aumentar tu capacidad de estar con, y en última instancia transformar, el sufrimiento que enmascaran tus problemas de alimentación y de tu imagen corporal.

Ya sea formal o informal, cuando se practica con regularidad la atención plena fomenta una sensación de paz interior y compasión que puede ayudarlo a aceptar tanto su cuerpo físico como su angustia emocional, sin necesidad de juzgarlos o cambiarlos. Al crear el hábito de regresar al momento presente, el simple acto de la respiración consciente también puede ayudarlo a aprender a detenerse cuando sienta la necesidad de escapar de su dolor, ya sea al juzgarse a sí mismo o al morir de hambre o comer en exceso.

Cuanto más practiquemos estar presentes en el momento, más aumentará nuestra capacidad de permanecer presentes ante el sufrimiento. Esta es la clave de la transformación. Es así como podemos experimentar la serenidad que estábamos buscando en primer lugar.