La curación de la narrativa: el regalo de Elizabeth Edwards

El obsequio de Elizabeth Edwards, y una de las razones por las que la nación llora su muerte, mostraba la curación que surge después de un trauma, la construcción de una narración de lo que significa. La gente veía a Elizabeth como un modelo a seguir, y lo más importante era que sus hijos la necesitaban para encontrar una manera de superar su decepción y adversidad y dar sentido a lo que significa la traición. Ella fue lo suficientemente valiente como para contar una historia matizada. Por supuesto, nunca conoceremos sus pensamientos más privados.

Como persona pública y escritora, siempre eliges lo que estás dispuesto a compartir. Soy consciente de lo importante que es ser auténtico y honesto, pero también amable, ya que escribí una memoria In Her Wake que examina una historia familiar controvertida. Mi madre tuvo una aventura, se divorció de mi padre. Ella murió por suicidio cuando yo tenía cuatro años después de que perdió la custodia de sus hijos. Ahora, cuarenta y siete años después, soy un psiquiatra infantil, madre e hija. Pasé 18 años tratando de entender una historia que, cuando era más joven, busqué culpar a alguien y me daba vergüenza. El divorcio, los asuntos, el suicidio: a menudo pueden generar, en los que quedan atrás, la necesidad de comprender asignando la culpa. La vergüenza rodea a este tipo de eventos a medida que los niños luchan con qué decir. Pero desde afuera parecía que Elizabeth Edwards eligió responsabilizar a su marido mientras lo perdonaba lo suficiente como para no pelear una batalla que ella no ganaría. Ella hizo sentido por grados como lo hacemos toda nuestra vida. Ella eligió tomar la agitación en su vida como una oportunidad para la reparación. Su sufrimiento fue organizado y trabajado para que ella pudiera construir una historia tal como lo veía y deseaba ser vista por los demás.

Imagino que a los hijos de Elizabeth Edwards les quedarán preguntas sin contestar, como en cualquier trauma, aunque su madre dejó un regalo. Tienen sus palabras y el respeto que obtuvo de su intenso deseo de dar sentido a un revés, una desnudez que revela su vulnerabilidad. Como padre ahora sé que mis momentos más cercanos con mis hijos son cuando ven cómo maniobro cuando trato de ser fuerte cuando estoy herido. Mi oración para todos los niños que han perdido a alguien que aman es que vienen a encontrar el consuelo de que el amor dura más que la muerte.