La incertidumbre de lo que viene después

Cómo calmar la ansiedad anticipatoria.

Nunca falla: todos los domingos por la noche, la mayor parte de mi hogar está al límite. La ansiosa anticipación con respecto a la próxima escuela y la semana laboral afecta el estado de ánimo de todos. La ansiedad anticipatoria asoma su fea cabeza en los peores momentos. A menudo, siento un nudo apretado en mi vientre antes de un compromiso de hablar cuando quiero parecer frío y sereno. “Mamá, tengo dolor de estómago”, dice mi hija mientras observa las instrucciones de un proyecto de mamut que se realizará la semana siguiente. La ansiedad anticipatoria es terrible e incómoda, pero normal. Sin embargo, calmar esta ansiedad es importante, de lo contrario, puede interrumpir la capacidad de una persona para funcionar productivamente.

Verbalizar la ansiedad es el primer paso para reducirla. Decirle a un ser querido que está preocupado y abrumado ayuda a obtener apoyo y tranquilidad. Además, modelar la identificación de un estado de sentimiento para obtener apoyo es algo saludable para que un niño lo observe.

Cuando un niño expresa una preocupación, un padre debe sentir empatía: “Esa es una gran preocupación. Lo entiendo. Es importante para ti Entiendo por qué está preocupado ”. Cuando un niño se siente comprendido, se siente menos solo. También se sienten conectados con el padre porque el padre lo tiene. A menudo, esto es todo lo que necesitan para sentirse mejor.

Otras estrategias efectivas incluyen la terapia de la risa. Subir las escenas de películas o comerciales más divertidos de este año es una forma entretenida de disminuir la ansiedad. La risa y la sonrisa reducen la ansiedad diez veces. También ayuda a las personas a dormir más tranquilamente. Ver 15 minutos de divertidos videos de animales con su hijo ayuda a detener la intensificación de la ansiedad, lo que contribuye a una sensación de control sobre ella. Pulsar el botón de “actualización” humana (risas) ayuda a todos a volver a la vida diaria más relajada.

Si el tiempo y el clima lo permiten, escapar durante 15 minutos también trunca la ansiedad. Agarra tu abrigo y tu hijo y ensilla las diez velocidades. Dar una vuelta por el vecindario reduce rápidamente la angustia.

Las actividades de la mente y el cuerpo como el yoga y las artes marciales también ayudan enormemente. Golpear un par de posturas de yoga en la cocina antes de tomar un vaso de agua reducirá la ansiedad. Desafiando a su hijo a una patada lateral frente a duelo alto, también lo ayudará a aliviar la tensión.

Finalmente, tocar música suavemente en toda la casa también mantendrá los nervios a raya. Cantar y tararear aumentan el beneficio terapéutico de la música.

La ansiedad anticipatoria es normal, pero prevenirla es esencial. Involucrar a su hijo con estas prácticas les ayuda a establecer mecanismos de afrontamiento que les serán útiles durante el resto de su vida. No dejes que la ansiedad te paralice y ríete mientras lo haces.