La "mandíbula de cristal" del criminal parte 1

Las personas que hacen de la delincuencia una forma de vida están construyéndose perpetuamente a expensas de los demás. Sacan a la gente de la vulnerabilidad y la capitalizan, buscando mantener una ventaja. El acoso escolar es una forma de cortar a otros y derivar una sensación de poder. Mentir eleva su sensación de tener el control. Recurren a muchas formas de engaño para apoyar su sentido de singularidad. Y algunos persiguen el control final a través de la violencia física.

Cualquier pequeño detalle de la vida que no vaya en la dirección del criminal puede interpretarse como un desaire personal. En algunos casos, el resultado es catastrófico. Piénselo de esta manera. Si esperaba que todo transcurriera sin problemas y cumpliera con sus expectativas desde el momento en que surgió hasta el momento en que se acostó, piense cuántas veces en un día se sentiría decepcionado. Tratamos cada día con Murphy of Murphy's Law que si algo puede salir mal lo hará. En la vida del criminal, no hay lugar para "Murphy". Todo lo que sucede que va en contra de lo esperado equivale a clavar un alfiler en un globo. Toda la autoimagen del criminal está en juego en cualquier giro ligero o frustrante de los acontecimientos. Si se ofende por la forma en que alguien lo mira, puede seguir una pelea. Si está guardando un asiento para un amigo y alguien más se sienta allí, estalla la guerra. En su mente, es su silla. Alguien más sentado allí es completamente contrario al camino a su visión del mundo. El delincuente espera que otros cumplan todos sus requisitos, pero no cree que esté obligado a cumplir los requisitos de los demás.