La neurociencia del liderazgo

¿Quieres ser un investigador de liderazgo? Todo lo que necesitas son ojos y oídos, y la capacidad de notar y describir patrones. O si quiere probar sus teorías, simplemente instale algunos experimentos de ciencias sociales.

Esta situación es buena para la industria editorial, una búsqueda en Amazon muestra 60,352 libros en la categoría de "liderazgo", pero aún existen grandes brechas en nuestra comprensión del liderazgo. Todavía no sabemos si se trata más de rasgos, atributos y competencias, o de lo que necesitan los seguidores. El desarrollo del liderazgo aún implica muchas conjeturas. Como resultado, las organizaciones no tienen suficientes buenos líderes, y algunos de los líderes que tenemos hacen cosas bastante poco inteligentes (como apostar que el mercado de la vivienda aumentará para siempre).

La investigación en neurociencias está ayudando a llenar vacíos críticos. Aunque no estamos cerca de poder escanear el cerebro de un líder mientras se realiza una reunión (incluso si esa fuera una buena idea), podemos estudiar algunos de los componentes básicos de lo que hacen los líderes: tomar decisiones bajo presión, resolver problemas complejos, negociar una reunión. transacción, o tratando de persuadir a otros. Ha habido algunas grandes sorpresas en la investigación. Aquí hay solo algunos.

El 'aha' no necesita ser tan elusivo
Los estudios de la visión de Mark Beeman y otros han proporcionado pistas sobre cómo podemos aumentar la probabilidad de ese momento 'aha' cuando resolvemos un problema complejo. Una gran adquisición: obtienes mejores conocimientos cuando eres capaz de notar "activaciones débiles" o señales "silenciosas" en el cerebro. Al notar una señal débil, se requiere que silencie la activación general del cerebro, lo que requiere minimizar la ansiedad (razón por la cual tenemos mejores ideas cuando nos sentimos felices) y reducir la actividad neural general. No es de extrañar que la sesión de lluvia de ideas sea tan ineficaz. Repensar nuestra comprensión de cómo resolvemos problemas complejos podría ahorrar miles de horas desperdiciadas en reuniones sin futuro.

Repensar la regulación emocional
Hace tiempo que sabemos que el estrés afecta el rendimiento, pero solo recientemente podríamos examinar el cerebro para comprender por qué nuestras estrategias de regulación emocional funcionaron (o, más a menudo, no funcionaron). Los estudios de Matt Lieberman muestran que el cerebro tiene solo una sistema de frenado principal, sentado detrás de la sien izquierda y derecha, que se utiliza para todos los tipos de frenado: mental, físico y emocional. La mala noticia es que este sistema tiene una capacidad limitada y los neumáticos son notablemente fáciles de usar. La buena noticia es que este sistema parece ser bastante entrenable, lo que explica por qué muchos programas de liderazgo implican que las personas "sobreviven" a eventos emocionales fuertes: los eventos emocionales (pero seguros) brindan a las personas la posibilidad de construir su sistema de frenado.

Cuando se activa el sistema de frenado del cerebro, las emociones se vuelven menos intensas. Esto es algo bueno, ya que las emociones fuertes reducen la potencia de procesamiento necesaria para el pensamiento deliberado e inhiben las ideas también. Los estudios muestran que el sistema de frenado se activa cuando se etiqueta una emoción en palabras simples. El problema es que las personas prefieren no hablar sobre las emociones y, en cambio, suprimirlas. Sin embargo, otros estudios muestran que la supresión de una expresión emocional es contraproducente, lo que hace que la emoción sea más intensa, afecta la memoria y crea una respuesta de amenaza en los demás. En resumen, nuestras estrategias intuitivas para regular las emociones (no hablar de ellas) hacen exactamente lo contrario de lo que pretendemos, dejándonos menos capaces de tratar el mundo de forma adaptativa. Los líderes, que lidian con emociones intensas todo el día, podrían hacer bien en desarrollar técnicas que realmente los mantengan frescos bajo presión.

Los problemas sociales son primarios
Antes de la investigación de la neurociencia, el dolor social, como sentirse humillado frente a los demás o tratado injustamente, era simplemente algo para "superar". La investigación de Naomi Eisenberger ha demostrado que el cerebro trata el dolor social de manera muy similar al dolor físico. Un estudio mostró que Tylenol redujo el dolor social más que un placebo. Las recompensas sociales, a menudo, son tratadas como recompensas físicas en el cerebro: dar retroalimentación positiva o tratar a alguien de manera justa puede activar los centros de recompensa de la misma manera o más que las ganancias extraordinarias financieras.

Parece haber cinco recompensas y amenazas sociales que son profundamente importantes para el cerebro: estado, certeza, autonomía, relación e imparcialidad. Esto explica por qué dar feedback es difícil: las personas experimentan los comentarios como un ataque a su "estado", que para el cerebro se percibe como un ataque físico. Los ataques siempre se encuentran con algún tipo de estrategia de defensa. Este modelo explica una gran cantidad de conflictos, malentendidos y tensiones de la vida organizacional cotidiana, y señala formas de reducirlos.

No somos tan racionales como pensamos
Los estudios de Alexander Pentland muestran que las personas están dramáticamente más influenciadas por las señales no verbales de lo que nos dimos cuenta. Las señales biológicas exhibidas por los líderes son mensajeros altamente eficientes. Esta comprensión ha permitido a Pentland medir la efectividad de los líderes sin saber lo que dicen, e incluso predecir el éxito de un líder en ciertas tareas, el "santo grial" del liderazgo.

El futuro
Creo que la investigación en neurociencia será un factor importante en la remodelación de cómo definimos el liderazgo, seleccionamos líderes y diseñamos programas de desarrollo de liderazgo. Ya hay una revista centrada en la neurociencia del liderazgo, la educación de posgrado y una cumbre anual sobre este campo.

Líderes y expertos en liderazgo del futuro pueden estar mirando el mundo de una manera completamente nueva, con el cerebro firmemente en mente. Y el viaje realmente acaba de comenzar.