La Nueva Volatilidad Psicológica

Los tiempos difíciles requieren diferentes actitudes.

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Fuente: pixabay at pexels

“No sé lo que me está pasando, no sé dónde estoy”. O “No sé por qué me enojo tanto en estos días, solo cabreado, siento tantas más emociones que las que tengo. ”

¿Suena familiar? No solo los pacientes expresan nuevos sentimientos de angustia y perturbación, sino también personas en la parada de autobús y en el mostrador de recepción. Ha llegado una nueva volatilidad, no solo a los mercados bursátiles sino a la autoconciencia de las personas, el compromiso social y los temores por su futuro.

Normal ya no es normal.

El bienestar nacional

Aunque los políticos y los expertos proclaman que la felicidad económica conduce a la satisfacción de la vida, los hechos siguen haciéndolos tropezar. La economía puede estar mejorando, pero el Índice de bienestar de Gallup-Sharecare está en su punto más bajo desde la “Gran Recesión” en 2008. Casi la mitad de los estados notaron disminuciones significativas en cómo las personas consideraron sus niveles de satisfacción desde 2016 a 2017. La economía puede estar creciendo, incluso con mayores ingresos para algunos, pero las personas son más infelices, irritables, preocupadas, pesimistas. Quieren saber por qué.

Poder y presencia

Los encuestados en la encuesta de Gallup Sharecare creen que conocen la razón de su falta de confianza y el creciente miedo: política y polarización. Mayores sentimientos de tensión y rencor existen en el lugar de trabajo y en el hogar, y “no desaparecen”. Las causas de esta división también se atribuyen de forma polarizada, que van desde la creencia de que la angustia nacional es el resultado de los instintos divisorios. de un sociópata que ha pasado su vida adulta mintiendo, haciendo trampa e intimidando, declarando las investigaciones de sus acciones como “un ataque a nuestro país”, a aquellos que ven a un poderoso líder defendiéndose de las peligrosas y oscuras hazañas de un estado profundo. Sin lugar a dudas, esas divisiones traen alegría a personas como Vladimir Putin y Daesh, pero no son desconocidas en la historia de los Estados Unidos. A menudo, la política refleja otros cambios sociales, tecnológicos y económicos en un país que se somete a convulsiones no invitadas.

El nuevo mundo del trabajo y el hogar

En las últimas semanas, las personas han aprendido que Facebook ha atrapado tanta información privada de tantas fuentes que muchos dicen que la compañía sabe más sobre ellos que ellos mismos, y felizmente continúa vendiendo la información a quien desee manipular sus compras, vidas políticas y culturales. Y esa es solo una corporación que posee los nuevos datos monetarios de alto valor. A la gente se le ha dicho durante años que la privacidad ha muerto. Ahora algunos están comenzando a creerlo.

Mientras tanto, los informes sobre la potencia de la Inteligencia Artificial declaran que “eliminará” más del 14 al 30 por ciento de los empleos en las próximas décadas, desde empleados de caja hasta radiólogos y patólogos. Los trabajadores descubren que cada una de sus teclas se rastrean, junto con su paradero, llamadas telefónicas y conexiones sociales, lo que les hace preguntarse si el trabajo y la vigilancia laboral terminan alguna vez. Los escolares realizan simulacros de “tirador activo” en lugar de recreo, mientras que sus padres intercambian bitcoins en casa. Los médicos van a sus oficinas a trabajar como técnicos de entrada de datos, si son psiquiatras, escriben dos gráficos simultáneos que demuestran la mejora continua del paciente obligatoria para cobrar, mientras que las enfermeras se queman de socorrer a las familias, asisten a reuniones burocráticas, atienden llamadas, responden mensajes de texto, diagramas en registros de salud electrónicos ingobernables e inquebrantables al tratar de encontrar el tiempo y la energía para atender a los pacientes. A los jóvenes de la generación del milenio se les dice que nunca podrán jubilarse, comprar una casa o tener los recursos financieros para formar una familia, mientras se preparan para una vida de tres o más carreras requeridas por una economía “cambiante” mientras pagan por la atención médica y servicios sociales de sus mayores.

Hay muchas razones para la angustia.

Una perspectiva diferente

Los tiempos difíciles demandan actitudes diferentes. Desafortunadamente, la falta de gran parte del caos mediático del presente es un sentido de la historia, que puede proporcionar perspectiva y paz personal. La historia no puede repetirse, pero rima.

Mucha gente preocupada por la volatilidad del mercado bursátil sigue sin darse cuenta de que los mercados estadounidenses se hundieron entre finales de los años sesenta y principios de los setenta. Tampoco muchos recuerdan el rencor y el temor diario de los años de Watergate ni el gran desorden económico que siguió, con casas no vendibles y tasas de interés del dieciocho por ciento. Todo esto fue seguido por los años ochenta, con cambios en la cultura popular de “Hair” y Woodstock a “Dynasty”, un cambio de época del conflicto cultural masivo a las glorias intemporales de hacerse rico.

Ahora se les dice a las personas que se abrochen los cinturones de seguridad. Desde el punto de vista de la seguridad, siempre deberían usarlos. Sin embargo, las carreteras, montañas, valles y ríos permanecerán si no te alejas demasiado de la costa.

Volatilidad psicológica, cultural, política, económica, ha llegado. Pero como en el pasado, no siempre durará. Y un sentido del pasado ayudará a que eso suceda.