La variabilidad en el horario de sueño obstaculiza el desarrollo del cerebro

Gran parte del enfoque en la falta de sueño en la adolescencia ha estado en la duración del sueño y la calidad del sueño: el tiempo promedio que se duerme y lo descansado que es el sueño. Si bien ambas variables se han relacionado con el funcionamiento cognitivo y el control emocional, muchos estudios, incluido el nuestro (por ejemplo, Buckhalt, El-Sheikh y Keller, 2007) han demostrado que la variabilidad en el horario de sueño se relaciona con un mal funcionamiento en múltiples dominios. Durante los años escolares, los horarios de despertarse son bastante estables durante la semana, por lo que la variabilidad se produce cuando se acuesta en diferentes momentos. Para los niños que acumulan una deuda de sueño, tanto la hora de acostarse como la de despertarse suelen ser más tarde los fines de semana. Todos los sistemas del cuerpo dependen del tiempo regulado por el "reloj maestro" del cerebro, el núcleo supraquiasmático, y hay genes de reloj en todo el cuerpo que también determinan el momento de los procesos fisiológicos. Por ejemplo, el momento de la liberación de melatonina se asocia con la sensación de somnolencia que induce el sueño. Comer, hacer ejercicio y dormir "fuera del horario" interrumpe el tiempo coordinado.

Ahora hay evidencia de que la irregularidad del sueño está asociada con el desarrollo cerebral alterado en adolescentes. En un artículo publicado recientemente en la revista Developmental Cognitive Neuroscience , Telzer y sus colegas (2015) informan sobre un estudio en el que se midió el sueño de los adolescentes a los 14 años y nuevamente un año después. Luego, los adolescentes se sometieron a un escáner cerebral, una imagen de tensor de difusión (DTI) que permite la medición de la integridad neuronal de la sustancia blanca. Durante la adolescencia, la materia gris (densidad, volumen y grosor) en el cerebro se reduce y aumenta la sustancia blanca, que refleja la conectividad neuronal. Los adolescentes que tenían horarios de sueño más variables un año antes tenían menos sustancia blanca en varias áreas del cerebro. Curiosamente, la variabilidad en el horario de sueño un corto tiempo antes de la exploración a los 15 años no se relacionó con el desarrollo del cerebro.

La adolescencia es un momento de enormes cambios sociales y también de desarrollo organizacional significativo del cerebro. Para que los adolescentes funcionen de manera óptima en el día a día, necesitan un sueño suficiente y regular. Este estudio sugiere que un sueño deficiente, especialmente la regularidad, puede tener consecuencias perjudiciales a largo plazo

Buckhalt, JA, El-Sheikh, M., y Keller, P. (2007). Sueño de los niños y funcionamiento cognitivo: raza y estado socioeconómico como moderadores de los efectos. Desarrollo del niño, 78 (1), 213-231.

Telzer, EH, Goldenberg, D., Fuligni, AJ, Lieberman, MD y Galvan, A. (2015). La variabilidad del sueño en la adolescencia está asociada con el desarrollo cerebral alterado. Developmental Cognitive Neuroscience, 14, 16-22.