Las lecciones de mi hermana

Linda

He escrito mucho sobre la fortaleza de mis padres para enfrentar la tragedia de perder a su hija y la recuperación de mi hermana sobreviviente del accidente aéreo. Pero no he tocado las lecciones que aprendí de mi hermana Linda.

Vi a Linda ir al hospital una vez al año desde el momento en que comenzó mi memoria infantil. Ella había sido gravemente quemada en el incendio resultante del accidente aéreo y necesitaba una gran cantidad de cirugía reconstructiva en los últimos años. No es una cirugía fácil La fractura de sus piernas para realinearlas la dejó en un yeso corporal durante seis meses. El intento de reconstruir sus oídos no tuvo éxito, y los oídos nuevos tuvieron que ser eliminados. Se realizaron injertos de piel para darle más movilidad y flexibilidad en sus brazos y piernas.

De alguna manera, ella encontró la fuerza para someterse a la cirugía después de la cirugía, sabiendo que sufriría a veces meses de dolor. De alguna manera, y con la ayuda de mi madre, ella podía mirar al otro lado del dolor y ver cómo podría mejorar su vida.

Una entrada del diario que ella escribió, y luego me dio para mi investigación de mi libro, relató cómo lidió con el peor dolor:

"Me concentraría en el dolor, enfocarme en lo profundo y malo que era. Mamá quería distraerme de eso, pero finalmente se dio cuenta de lo que estaba haciendo y me dejó en paz. Si pudiera medir lo malo que era, entonces sabría que sería menos al día siguiente ".

Linda falleció en 2009, pero nunca está lejos de mis pensamientos. Nunca sentí su presencia más que cuando me encontré en la sala de emergencias hace dos semanas con un bloqueo intestinal. Sabiendo finalmente que necesitaría cirugía y una buena dosis de recuperación, recordé que ella tenía cosas peores que enfrentar a lo largo de su vida. Escuché sus palabras en mi cabeza que estaría bien, solo déjalos hacer lo que tienen que hacer, no entres en pánico. Juro que me mantuvo en la sala de recuperación cuando me desperté con dolor.

Por supuesto, desearía que Linda estuviera aquí conmigo ahora, pero de muchas maneras lo está. Las lecciones que me dio para seguir insistiendo cuando realmente no te apetece, para creer que las cosas mejorarán, que la vida mejorará, esas lecciones perduran. Gracias hermanita.