Lookismo en el trabajo

¿Las personas físicamente atractivas son favorecidas en el trabajo? ¿Tienen más probabilidades de ser seleccionados para puestos de trabajo, promoverse en esos trabajos o recibir salarios más altos? ¿Ser físicamente atractivo cuenta más que ser competente en el trabajo? ¿El atractivo físico beneficia más a las mujeres que a los hombres? o depende del trabajo, el sexo del selector y la cultura de la organización?

¿La inteligencia modera la relación entre el atractivo y el éxito en el trabajo? ¿Hay una fisiología de liderazgo? ¿Puedes juzgar el éxito de una organización por el atractivo facial de su CEO?

Sabemos que se considera que los adultos y niños atractivos son más intelectualmente competentes, emocionalmente ajustados y socialmente atractivos. Las preguntas son si, cuándo o por qué el atractivo físico predice confiable y poderosamente las variables de resultado ocupacional como el ingreso, el progreso profesional y el rendimiento. Hay dos teorías que compiten en esta literatura: (1) Las personas atractivas son mejores: su atractivo es simplemente un marcador de su capacidad y estado físico. (2) Lookism, prejuicio y discriminación injustamente (y no científicamente) vinculan el atractivo físico y el éxito en el trabajo.

El hallazgo de "lo que es bello es bueno" es tan ampliamente aceptado que algunas organizaciones intentan establecer procesos y procedimientos que intentan eliminar o reducir la posible influencia del atractivo. Algunos prohíben adjuntar fotografías a los formularios de solicitud; otros tratan de garantizar que los paneles de selección estén compuestos por igual de hombres y mujeres; otros aún intentan a través de entrevistas estructuradas muy estrictas basadas en la competencia concentrarse en obtener evaluaciones basadas únicamente en la evidencia de competencia basada en el trabajo. Todos intentan reducir los ratings impresionables propensos a los efectos halo.

Hay muchas pruebas de que el atractivo físico tiene múltiples beneficios en la vida cotidiana. Primero, existe un acuerdo intercultural sobre el atractivo. Segundo, que tanto los niños como los adultos atractivos son juzgados de manera más positiva en comparación con los controles menos atractivos, incluso por personas que los conocen. En tercer lugar, las personas atractivas son tratadas de manera más positiva, y en cuarto lugar exhiben comportamientos más positivos. Hay efectos directos, aunque a veces moderados por sexo, edad y familiaridad.

La mayoría de los selectores intentan encontrar personas con las habilidades, aptitudes, actitudes y motivación adecuadas para hacer bien el trabajo. Es raro ver el atractivo físico como un criterio de selección o competencia. Sin embargo, hay ciertos trabajos, particularmente en ventas, servicio al cliente, teatro, moda o medios de comunicación donde el atractivo físico se ve como una ventaja muy distinta y está relacionado con el desempeño laboral. Por lo tanto, a muchos les parece que es bastante razonable, de hecho deseable tener esto en cuenta en el proceso de selección.

¿Se puede hacer algo para evitar la discriminación a veces llamada "lookismo" o "fascismo" o "pesimismo"? En la mayoría de las sociedades desarrolladas, existen leyes contra la discriminación en el lugar de trabajo basadas en el sexo, la edad, la raza y la religión. Estos a menudo son más impulsados ​​por la moralidad y la ideología que la evidencia científica. Muchos creen que las personas físicamente poco atractivas ya tienen una carga, en comparación con sus compañeros atractivos, que los penaliza aún más en el lugar de trabajo, lo cual es simplemente injusto. De ahí el llamado a una legislación que prohíbe las decisiones tomadas sobre la base del atractivo.

Un problema con este problema es que las cosas como la edad y el género son objetivamente verificables; los juicios sobre el atractivo son más subjetivos. Por lo general, hay un acuerdo considerable en los extremos, pero no tanto en el medio de la escala. Sin embargo, existen correlaciones culturales e idiosincráticas de los juicios de atractivo físico. Además, es posible separar el atractivo de la cara y el cuerpo o mirar características muy específicas como la altura o el color del pelo. En este sentido, puede ser difícil defender un caso de discriminación donde se alega que ha ocurrido discriminación por atracción.

Hay tres posiciones teóricas / ideológicas distinguibles en esta área:

A. Intervención injusta, estereotipada y justificada

Algunos argumentan que la creencia de "lo bello es bueno" es injusta, a menudo se niega y es una suposición y un estereotipo empíricamente no verificado. Como no hay evidencia de que el atractivo físico en cualquier nivel (cara vs. cuerpo) y / o asociado con cualquier característica (es decir, altura, color de cabello) esté relacionado con el desempeño laboral, se deben tomar medidas para reducir este sesgo en el trabajo. Cualquier evidencia de una asociación entre el atractivo y el desempeño laboral se atribuye a los procesos sociales más que a las realidades biológicas y termina discriminando injustamente a los menos atractivos físicamente.

B. Un hecho evolutivo y realidad

Otros argumentan que existen buenas razones teóricas y evidencia empírica para sugerir que varias características físicas están asociadas con factores psicológicos y procesos que se relacionan directamente con el rendimiento en el trabajo. En este sentido, la idea de "lo bello es bueno" es más un hecho empírico que un estereotipo. Por lo tanto, es aconsejable tener en cuenta el atractivo físico en el lugar de trabajo y tratar de legislar en contra de él sería extremadamente contraproducente.

C Una asociación que desarrolla

Esta posición sostiene que el atractivo físico tiene ventajas de desarrollo que influyen en la personalidad y el comportamiento social de un individuo. Por ejemplo, debido al estereotipo de "lo bello es bueno", las personas atractivas son tratadas de forma diferente a las personas poco atractivas desde una edad temprana; por los padres, compañeros y maestros y más tarde por los empleadores. Por lo tanto, es probable que las personas atractivas se vuelvan más seguras de sí mismas, asertivas y socialmente habilitadas, lo que a su vez significa que se vuelven más capaces en el trabajo, particularmente en las relaciones interpersonales.

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