Los 3 principales desafíos de liderazgo para 2016 y más allá

Mientras asistía a la conferencia de la Asociación Internacional de Liderazgo, escuché un breve discurso de Larraine Matusak, quien recibía el Premio al Logro de Toda una Vida de la ILA por su trabajo en la Fundación Kellogg y una vida de promoción del buen liderazgo. Mencionó 3 desafíos principales de liderazgo que actualmente no están siendo abordados por académicos de liderazgo ni por líderes mundiales. Mientras escuchaba, me di cuenta de que había golpeado el clavo en la cabeza. Estas tres cosas nos están impidiendo alcanzar un mundo mejor y una vida mejor para todos.

Codicia. No creo que nos demos cuenta de cuán perniciosa es la avaricia, o cómo nos impide alcanzar cosas buenas. Por ejemplo, Larraine dijo: "No hay cadenas que nos vinculen y nos impidan la paz más que la avaricia". Y tiene razón. La codicia asociada con la sed del mundo por el petróleo ha provocado guerras y disturbios en Oriente Medio y en otros lugares. La codicia que resulta en la acumulación de grandes riquezas y ganancias a expensas de la clase trabajadora y el medio ambiente ha llevado a la enorme brecha de ingresos entre ricos y pobres, y ha contribuido a nuestra mayor amenaza: el calentamiento global.

Este es un importante desafío de liderazgo: ¿Cómo combatimos la codicia cuando se trata de una parte tan arraigada de nuestra naturaleza humana? No veo a los eruditos del liderazgo ni a los líderes mundiales que presten mucha atención a la lucha contra la codicia.

Ira y odio. Matusak citó la superación de la ira y el odio como el segundo desafío de liderazgo, pero añadiría miedo. Estos tres: enojo, odio y miedo son emociones humanas peligrosas y deben mantenerse bajo control. Es fundamental para nuestros líderes ayudar a controlar la ira, el odio y el miedo. Pero lo que veo son líderes mundiales y posibles líderes que usan la ira, el odio y el miedo de una manera muy peligrosa. He escrito antes sobre el proceso psicológico muy básico del efecto nosotros-ellos. Los líderes mundiales, en un esfuerzo por promover la unidad y motivar a sus seguidores, usan a otros, otras naciones, etnias y religiones, para estimular las emociones de ira y miedo. Considere a los candidatos presidenciales republicanos que promueven la ira y el miedo contra los refugiados sirios, o musulmanes, o tu nombre, en un esfuerzo por desencadenar el sentimiento de nosotros, que les da la lealtad y el apoyo emocional de los seguidores, pero al precio de odio, discriminación y violencia potencial contra personas que son diferentes de "nosotros".

¿Cómo pueden los líderes superar estas peligrosas emociones negativas? Requiere el uso de otras emociones: empatía, compasión y amabilidad. El desafío del liderazgo no es tomar el camino fácil de "dividir y conquistar" a través de la ira, el odio y el miedo, sino tomar el camino positivo de aceptar las diferencias y darnos cuenta de nuestra humanidad común.

Ignorancia. Larraine Matusak mencionó la ignorancia como el tercer desafío al liderazgo, y es la creciente ignorancia de gran parte de la población mundial lo que nos impide darnos cuenta de los efectos peligrosos de la avaricia y el odio. Cuando los regímenes opresivos llegan al poder, lo primero que hacen es atacar la educación y promover la ignorancia. Los líderes malvados tratan de mantener a sus electores sin educación y desinformados, a través de la censura y los ataques contra el intelectualismo y la educación abierta. Una prensa libre y abierta, por ejemplo, se esfuerza por verificar los hechos, no ciegamente acepta lo que los líderes nos dicen. La comunidad científica usa datos para tratar de encontrar soluciones a problemas globales. Los buenos líderes promueven la educación, la iluminación y participan en una comunicación abierta y auténtica. Los malos líderes atacan la educación, la ciencia y se esfuerzan por mantener a la población a oscuras.

En resumen, la naturaleza humana tiene tanto cosas malas como buenas. Nuestro deseo de obtener recursos puede llevar a una avaricia desenfrenada, pero también podemos ser compasivos y ayudar a otros compartiendo recursos. Podemos ceder a las emociones negativas que nos hacen odiar y atacar a otros que son diferentes, o podemos abrazar las diferencias y nuestros semejantes. Podemos revolcarnos en una ignorancia "dichosa" o tomar el difícil camino de educarnos a nosotros mismos en un esfuerzo por mejorar nuestra condición humana. Larraine Matusak tiene razón. Los desafíos que enfrentan nuestros líderes (y nosotros) son formidables, pero son parte de nuestra naturaleza humana profundamente arraigada.

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Escucha el discurso de aceptación de Larraine aquí.

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