Los niños aprenden la agresión de los padres

En los estudios clásicos de la "muñeca Bobo", los niños presenciaron cómo los adultos jugaban con un juguete inflado de goma. Los adultos se comportaron agresivamente hacia la muñeca, como golpearla con un martillo, patearla o interactuar pacíficamente con la muñeca.

Albert Bandura (actualmente en la Universidad de Standord), el científico principal detrás de estos estudios, pensó que los niños jugarían con la muñeca de la manera que hayan visto a los adultos jugar con la muñeca. Esto es precisamente lo que encontraron los estudios.

El mensaje práctico es claro: los niños aprenden sus comportamientos de los adultos. Si queremos tener un mundo más pacífico, comienza con la forma en que los adultos actúan alrededor de los niños.

El quid de la teoría del aprendizaje social de Bandura es que los niños (y los adultos nuevos en las situaciones) aprenden de los demás en el entorno cómo comportarse. La clave para esto, en términos de agresión, no es solo decirles a los niños que no sean agresivos o explicarles por qué deben ser pacíficos, sino más bien, hacer que sean testigos de comportamientos pacíficos de adultos. Los niños imitarán el comportamiento y, a su vez, se volverán más pacíficos. Es decir, modelarán su comportamiento después de que los adultos que han visto se comporten de cierta manera.

La teoría del aprendizaje social de Bandura también parece tener implicaciones sobre cómo reaccionan los niños frente a ver televisión, películas e incluso videojuegos agresivos y violentos. Los estudios muestran que los niños y adolescentes, en promedio, se vuelven más agresivos después de jugar estos juegos y ver estos programas. Desde la perspectiva de Bandura, quizás estos niños y adolescentes están "aprendiendo" tal agresión a través de las acciones de las personas en la pantalla.

Esto no quiere decir que todo niño que es agresivo / violento lo haya aprendido al observar el comportamiento de sus padres o de la televisión. También es cierto que la genética y la biología (como los niveles de testoterona) juegan un papel en la determinación de la agresión.

Sin embargo, en promedio, si los padres son agresivos, es más probable que tengan hijos agresivos si muestran esa agresión a sus hijos. Y, en promedio, ver películas y espectáculos agresivos y jugar juegos violentos aumenta la agresión.

Para ver ejemplos de video del estudio de Bandura:

http://www.youtube.com/watch?v=lCETgT_Xfzg