¡No es Facebook, eres tú!

El testimonio de Mark Zuckerberg reveló la ignorancia de los que estaban a cargo.

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Durante años, el valor de las tecnologías digitales y las redes sociales no han alcanzado verdaderamente los niveles reales de poder. Desde el C-Suite hasta los pasillos del Congreso, estas plataformas “de moda” no han logrado avanzar con aquellos que tienen las cuerdas y tienen la capacidad de presionar los botones digitales. Por supuesto, hay excepciones notables, pero estas voces están lejos de la regla. Una vez que el peso de las bromas y un punto de distanciamiento tangible, la tecnología se está moviendo rápidamente de una opción a un imperativo en casi todos los aspectos de la vida, desde el marketing hasta la medicina. Y es hora de que el liderazgo tome nota.

El reciente testimonio del Congreso de Mark Zuckerberg, para mí, fue menos sobre su articulación cuidadosamente elaborada del uso de los datos de Facebook para analizar y perfilar a sus usuarios, y más un reflejo del mundo ingenuo en el que se filtra la tecnología. Fue una llamada de atención que la tecnología está aquí. La tecnología no es la herramienta tonta sobre la que un nieto tiene dominio. La excusa de que es “para esos niños” ya no es válida. Y más allá de la infantilidad, las nociones poderosas de cosas como SEO y análisis de big data ya no pueden ser la misteriosa herramienta de los frikis que de alguna manera terminaron sosteniendo las llaves del reino.

El cambio de la tecnología a un imperativo es fundamental y tiene un impacto directo en nuestra vida cotidiana. Y es nuestra capacidad para comprender y asimilar la tecnología que es un requisito fundamental para muchos aspectos del éxito y el logro.

  • El Congreso está desconectado del mundo real, viviendo en una vorágine política que aísla a nuestros representantes de una conectividad y comprensión significativas.
  • Los líderes empresariales están desconectados del mundo real, retrasando la magia de la tecnología para los niños en cubículos.
  • Estás desconectado del mundo real, dejando que la tecnología se te acerque entre las palabras de un acuerdo de usuario que nunca leíste.

Y sin embargo, la tecnología es una herramienta para conectarse, también es una herramienta para mejorar e incluso transformar. Pero la ruta no siempre es tan fácil como descargar una aplicación o hacer clic en un botón. El proceso requiere tanto compromiso como comprensión. La realidad es que la pasta de dientes de la tecnología está fuera del tubo, y por mucho que la gente intente empujar al insidioso villano nuevamente, no está sucediendo. Podría ser el momento de echar un vistazo a nosotros mismos y entender que ya no podemos ser participantes pasivos ya que la tecnología impregna nuestras vidas. Todos nosotros, desde el Congreso hasta las cocinas, necesitamos convertirnos en participantes activos en lo que se ha convertido en una de las dinámicas más importantes y poderosas del mundo de hoy.

Nuestro viaje esencial hacia la tecnología traerá consigo empoderamiento, asombro e incluso el potencial para la trascendencia. Pero a lo largo del camino, debemos incluir la vigilancia como parte de nuestra educación general. Ya no es una excusa válida para relegar la innovación tecnológica y la implementación a los geeks primeros usuarios y jugadores. El punto de inflexión del cambio y su responsabilidad individual han llegado y es hora de que se despierte y huela el silicio.