No hay llanto en el béisbol o el trabajo

Cuando se trata del aspecto social de la vida corporativa, la mayoría de nosotros conocemos ciertos tipos de personalidad y comportamientos que generan problemas: personas que cotillean o coquetean mucho; personas que pasan mucho tiempo estimulando el drama. Pero, ¿hay algún peligro en el otro extremo del espectro, para las personas que se quedan fuera de todo y se concentran en completar tareas? Actualmente, si. Yo lo llamo no llorando en el síndrome de béisbol.

Es posible que haya visto la película, A League of Their Own, sobre un equipo profesional de béisbol femenino. Tom Hanks interpretó al entrenador descontento que, al ver las lágrimas en la cara de un jugador al que acababa de atacar, exclamó con horror: "¡No hay llanto en el béisbol!"

Algunas personas tienen la misma actitud con respecto al trabajo: la oficina es claramente una zona libre de emociones. Su actitud profesional nunca parece cambiar. Parecen completamente imperturbables. Cuando surgen crisis y otros entran en pánico, abordan el problema con calma y lo resuelven. En muchos sentidos, son como héroes. Entonces, ¿por qué muchas personas con síndrome de No Llorar en el béisbol encuentran bloqueadas sus carreras?

El problema es que, mientras administran y delegan tareas con calma, han olvidado aprender cómo interactuar exitosamente con las personas. Después de todo, una organización está formada por personas que tienen emociones, que viven fuera de la oficina y que deben cooperar para alcanzar objetivos compartidos. Los mejores líderes entienden ese concepto y trabajan efectivamente dentro de ese contexto. Ellos saben cómo conectarse.

Por una variedad de razones, las personas con el síndrome Sin llanto en el béisbol no pueden o deciden no conectarse con las personas que les rodean. Lo que ellos pretenden como una competencia tranquila es percibida por los compañeros de trabajo como frialdad, distanciamiento. La alta gerencia no los percibe como líderes potenciales que pueden motivar e inspirar a otros o crear oportunidades para la colaboración productiva. Entonces no son promovidos, y el nivel de frustración crece rápidamente. Esencialmente, su Botox emocional ha congelado sus carreras.

Afortunadamente, existen estrategias para superar el síndrome Sin llanto en el béisbol.

• Equilibre su enfoque entre personas, procesos y tareas. Involucre a sus colegas para buscar no solo hechos, sino preocupaciones y pensamientos.

• Recuerde no comenzar cada conversación con una consulta sobre un proyecto, una fecha límite o una reunión.

• Aprenda algo sobre el interés personal de un colega que puede analizar, como un deporte favorito o un hobby.

Al igual que con cada cambio, no desea alejarse demasiado en la otra dirección. Su carrera no se beneficiará al sollozar en cada reunión de personal. Solo tome medidas para tratar a sus compañeros de trabajo como personas con vidas multidimensionales.

¿Hay personas en su oficina que parecen no tener llanto en el síndrome de béisbol? ¿De qué manera esa actitud lesionó o ayudó a sus carreras? Me encantaría escuchar tus comentarios.