Nutrición y Depresión: Nutrición, Desintoxicación y Depresión, Parte 4

Nutrición, desintoxicación y depresión
Una vía adicional a través de la cual la nutrición puede ayudar a los trastornos del estado de ánimo es a través de la desintoxicación del hígado, que puede influir en el estado de ánimo mediante la modificación del metabolismo de la hormona esteroidea (p. Ej., DHEA, testosterona, estrógeno, cortisol).

La desintoxicación ocurre en dos fases: en la fase uno, las enzimas CYP 450 son compatibles con una variedad de nutrientes (B2, B3, B6, ácido fólico, B12, glutatión, aminoácidos de cadena ramificada, flavonoides, fosfolípidos). Una vez que estas enzimas CYP450 han actuado sobre la molécula soluble en lípidos (fármaco, hormonas, toxinas), al agregar un oxígeno, estos intermedios activados (si no se desintoxican más a través de la fase dos, debido a deficiencia nutricional) pueden aumentar el estrés oxidativo y daño mitocondrial, reducir la función neuronal. Las vías de conjugación de fase dos requieren glutatión, glicina, taurina, glutamina, ornitina, arginina, N-acetilcisteína, cisteína, metionina, selenio. Si la conjugación de fase dos está funcionando bien, las sustancias se vuelven solubles en agua y pueden salir del cuerpo a través del riñón o la bilis (donde en presencia de disbioisis pueden reabsorberse si se escinden en el intestino [la fibra soluble ayuda a contrarrestar esto]).

La falta de desintoxicación de las hormonas esteroides, como el estradiol, puede alterar la disponibilidad sináptica de los neurotransmisores, lo que afecta los trastornos del estado de ánimo. La falta de desintoxicación de sustancias químicas que interrumpen el sistema endocrino (p. Ej., PCB, BPA) afectará adversamente los trastornos del estado de ánimo al alterar la función endocrina normal, que es necesaria para el funcionamiento normal del cerebro.

Balance nutricional y depresión
Finalmente, debemos mirar el aspecto macronutriente de la dieta. Las comidas deben estar balanceadas en proteína (1/3 del volumen de la comida) y carbohidratos complejos (2/3 del volumen de la comida). Esto mantendrá constante el nivel de azúcar en la sangre, eliminando la importante contribución de la disglucemia a los cambios de humor intradiarios, la irritabilidad y la ansiedad. En este sentido, es importante que el clínico administre la resistencia a la insulina y la diabetes a través de la dieta, el ejercicio y los nutrientes de apoyo, como el ácido R-lipoico, el cromo y el vanadio. Van Praag (14) demostró que "el 50% de los pacientes deprimidos tenían una menor utilización de glucosa durante una prueba de tolerancia a la glucosa que los sujetos control". Además, Cassidy (15) demostró que los pacientes maníacos depresivos con diabetes mellitus (n = 357) tienen un curso de enfermedad más grave, según lo indicado por un mayor número de hospitalizaciones psiquiátricas (p = <0.05).

Resumen
Con base en esta descripción rápida, debe quedar claro que la evaluación e intervención nutricional adecuada e individualizada es una piedra angular del tratamiento apropiado de los trastornos del estado de ánimo. El hecho de no utilizar esta información básica representa un componente significativo de la depresión resistente al tratamiento, el fracaso de la medicación y la polifarmacia.

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