Por qué no dejaré que mi hijo compre un Fitbit, incluso con su propio dinero

Como probablemente sepa, los dispositivos de seguimiento de actividad, como Fitbit, son herramientas de fitness extremadamente populares. Para muchos adultos, estos dispositivos pueden ser muy útiles para mantener la motivación para la actividad física y para ayudar a las personas con estilos de vida sedentarios a aumentar los niveles de actividad y mejorar su salud general.

Sin embargo, cuando se trata de trastornos alimentarios, estos dispositivos pueden tener un lado muy oscuro. Muchas personas con trastornos alimentarios también tienen compulsiones graves relacionadas con la actividad física, incluido el ejercicio excesivo, compulsiones para moverse constantemente durante el día y la inquietud innecesaria. El cuadro clínico de un trastorno alimentario a menudo incluye un impulso irreprimible para quemar calorías durante todo el día. Esto a menudo significa un movimiento sin escalas siempre que sea posible.

Los monitores de actividad física frecuentemente se alimentan en este impulso compulsivo para quemar energía. He visto a muchos pacientes con disfunción eréctil convertirse en esclavos virtuales de sus dispositivos, monitoreando constantemente sus pasos y sintiéndose impulsados ​​a superar la producción de energía del día anterior de una manera adictiva y ritualizada. De esta manera, estos dispositivos de seguimiento se alimentan de las obsesiones y compulsiones que son marcas registradas de trastornos alimenticios y ejercicio compulsivo.

Conociendo este lado oscuro de los monitores de actividad, cuando mi hijo de 9 años solicitó por primera vez un Fitbit, todas mis alarmas sonaron. Parece que Fitbits se había convertido en un símbolo de estatus en la escuela y "todos" los tenían. Aquí es donde decidí trazar una línea en la arena como padre.

Me aseguro de que mis hijos tengan niveles saludables de actividad física todos los días. Debido a esto, no hay una sola razón por la que se me ocurra que un niño de nueve años necesite controlar su propia actividad con un dispositivo. Lo mismo es cierto hoy, más de dos años después. Es cierto que puede ser divertido para los niños ver que los números aumentan con el aumento de la actividad y, por un tiempo, podría alentar una actividad física más saludable. Dicho esto, conociendo las desventajas de estos dispositivos, dije NO y sigo desaprobando estos dispositivos.

Quiero que mis hijos disfruten de la actividad física por el simple hecho de no cumplir con algún objetivo basado en los números. ¡Hay mucho tiempo para hacer esto como adulto! Por ahora, deja que reine la libertad.