¿Por qué el cambio de comportamiento es tan difícil?

Consejos para entrenadores y consultores para ayudar a los clientes a cambiar.

Los humanos son excelentes para establecer objetivos, pero no tanto como para alcanzarlos. ¿Por qué? Incontables recursos se han dedicado a responder esa pregunta en campos académicos, que incluyen consultoría en psicología, administración y psicología social. E incluso esos esfuerzos deben empequeñecerse por el tiempo acumulado dedicado a la pregunta de cada ser humano que establece un objetivo y no lo logra.

En un nuevo artículo en el Consulting Psychology Journal, proporciono un marco conceptual para explicar por qué el cambio de comportamiento puede ser tan difícil. El marco se basa en datos neurocientíficos, así como en teoría e investigación de la psicología social, cognitiva y clínica. El propósito del documento es proporcionar a los consultores y entrenadores herramientas nuevas basadas en la evidencia para ayudar a sus clientes a comprender por qué luchan por cambiar su comportamiento. La comprensión de los factores subyacentes que dificultan el cambio de comportamiento puede resaltar las formas en que los clientes y los entrenadores pueden trabajar juntos para superarlos.

Como investigador que trabaja en la interfaz de psicología y neurociencia, pasé la última década y media considerando cómo el conocimiento sobre el cerebro humano puede informar las intervenciones de cambio de comportamiento. He descubierto que uno de los enfoques más útiles es dividir el cambio de comportamiento en dos componentes amplios: la voluntad y el camino.

La forma en que lo estoy usando aquí, la “voluntad” se refiere a los aspectos motivacionales y emocionales del cambio de comportamiento. La voluntad es el “por qué” del cambio de comportamiento. ¿Por qué el comportamiento es importante para ti? ¿Por qué quieres cambiar? ¿Porqué ahora?

En contraste, el “camino” se refiere a los aspectos cognitivos e informativos del cambio de comportamiento. El camino es el “cómo” del cambio de comportamiento. ¿Cómo se desarrollará el cambio de comportamiento? ¿Qué habilidades y capacidades requiere? ¿Cuál es el plan específico?

Tanto la voluntad como el camino son necesarios para un cambio de comportamiento exitoso. Un objetivo requiere una voluntad y un camino. Pero la neurociencia ha revelado que los sistemas cerebrales involucrados en esos dos lados del cambio de conducta son totalmente diferentes entre sí. Del mismo modo, las intervenciones que un entrenador puede utilizar para ayudar a un cliente que está luchando con el cambio de comportamiento serían muy diferentes si el problema estuviera relacionado con la voluntad o el camino.

El primer paso para un coach es identificar la naturaleza del problema. ¿La barrera para cambiar es la falta de conocimiento, habilidad o capacidad? Luego se pueden identificar herramientas para abordar esos problemas de “manera”. Alternativamente, quizás el cliente sepa qué hacer y cómo hacerlo, pero simplemente no puede. Entonces, un programa de motivación está en orden. Y las opciones no son mutuamente excluyentes: a veces se requiere desarrollar habilidades además de encontrar motivación. Pero incluso en ese caso, puede ser útil reconocer la distinción entre los dos y abordarlos por separado.

Aprender nuevas habilidades, habilidades e información requiere una función ejecutiva, que es el término que los neurocientíficos usan para describir el “camino”. Una característica central de la función ejecutiva es que exige atención consciente, y solo podemos prestar atención por completo a una cosa a la vez. . La implementación de la función ejecutiva para tratar con un objetivo significa que otros objetivos se insertan en el fondo mental. En términos económicos, existe un costo de oportunidad para desplegar el camino. Ese costo se refleja en el sentido del esfuerzo. Por lo tanto, cambiar el comportamiento puede ser difícil, porque significa dirigir su enfoque mental limitado en un objetivo e ignorar a los demás.

Pero, ¿qué pasa con los casos en que las habilidades y el conocimiento están ahí, pero la voluntad no? ¿Por qué puede ser tan difícil motivarte para hacer algo que tienes la capacidad de hacer? En el trabajo de Consulting Psychology Journal, describo cómo la motivación se entrelaza con el valor de la recompensa, y el valor de la recompensa, a su vez, está profundamente influenciado por la experiencia pasada. Una consecuencia importante de este hecho biológico es que los nuevos comportamientos rara vez son tan motivadores como los existentes que han sido recompensados ​​previamente. ¿Por qué probar ese nuevo ejercicio, por ejemplo, cuando puede sentirse mejor o no, y está seguro de que disfrutar de Netflix será agradable?

Por supuesto, las personas participan en nuevos comportamientos y por una variedad de razones. No es que los nuevos comportamientos no puedan ser gratificantes; es solo que generalmente serán los menos favorecidos en comparación con las alternativas que se aprenden bien. La clave para los entrenadores y consultores es ayudar a los clientes a identificar formas de involucrarse en nuevas tareas que los hagan gratificantes.

Uno de estos enfoques es aumentar la recompensa con fuentes personales de valor al vincular el nuevo comportamiento con valores y creencias fundamentales que son fundamentales para la identidad del cliente. Otra es aumentar la recompensa con valor social mediante el aprovechamiento de las normas sociales y las relaciones interpersonales para aumentar la importancia de un objetivo. Ambos casos tienen una ventaja sobre las formas tangibles de valor, como el dinero, porque pueden ser mucho más perdurables y universales. El dinero se agota y no tiene el mismo significado para todas las personas, pero todos tenemos valores básicos y nos preocupamos profundamente por nuestros vínculos sociales.

El cambio de comportamiento siempre será difícil. Ningún consejo puede cambiar eso. Pero la neurociencia puede proporcionar ideas sobre cómo, cuándo y por qué los esfuerzos de cambio de comportamiento tienen éxito y fracasan. Este conocimiento puede descubrir nuevas formas para que los entrenadores y sus clientes promuevan el cambio, y hace que el cambio de comportamiento parezca menos desalentador en el proceso.

Referencias

Berkman, ET (2018). La neurociencia de los objetivos y el cambio de comportamiento: lecciones aprendidas para consultar la psicología. Consulting Psychology Journal, 70, 28-44.