Promoviendo la Salud Emocional Infantil

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Fuente: Marina Crombez / Deposit Photos

La infancia es un tiempo de vida lleno de alegría, inocencia y alegría. Es un momento especial en el que todas las preocupaciones del mundo dejan de existir, y las pequeñas cosas se notan. Aunque agradable de imaginar, esta visión mítica de la infancia no captura con precisión el mundo de muchos niños. Numerosos jóvenes han presenciado y experimentado eventos traumáticos e incomprensibles en sus cortas vidas. Estos eventos hirientes pueden tener un impacto adverso en su salud y bienestar emocional y afectarlos en los años venideros.

Para ayudar a los niños a superar los obstáculos de la vida, debemos fomentar su salud emocional. La salud emocional abarca la capacidad de manejar y enfrentar los factores estresantes de la vida. Es la capacidad de recuperarse de tiempos difíciles con fuerza y ​​resistencia. Desafortunadamente, muchos niños no pueden hacer frente a las dificultades que la vida les ha ocasionado. Con demasiada frecuencia, tienen otras barreras que afectan su desarrollo, como los problemas psicológicos. La investigación muestra que uno de cada cinco niños tiene una enfermedad mental que les impide funcionar. Lamentablemente, estos jóvenes sufren en silencio y no reciben los servicios de salud mental que necesitan.

Con tantos niños que necesitan nuestra ayuda, es hora de que nos centremos en enseñarles formas de mejorar su salud emocional. Los siguientes principios son habilidades básicas de salud emocional que pueden beneficiar a todos los niños. Son transferibles a una variedad de situaciones y, mejor aún, pueden durar toda la vida.

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Cinco principios para ayudar a los niños a mejorar su salud emocional:

1. Puedes superar los reveses de la vida.

"Si alguien te da un limón, hazle limonada". ~ Homer E. Capehart

Enséñeles a los niños que cuando pasa algo malo en sus vidas, pueden superarlo y salir fortalecidos. La resolución de problemas es una tarea compleja y requiere práctica. Ayude a los niños a resolver dilemas morales y guíelos mientras intentan armar las piezas. También enséñeles que algunos problemas no pueden resolverse de manera independiente y pueden necesitar ayuda de adultos de confianza. Ayude a los jóvenes a identificar cuándo obtener ayuda y a quién acudir en busca de ayuda. Poner énfasis en la prevención en lugar de la intervención, hará que sea más fácil obtener asistencia inmediata en caso de que la necesiten. En resumen, mientras más éxito tengan los niños en su capacidad para superar los reveses, serán más seguros y resistentes.

2. No estás solo.

"A menudo es suficiente estar con alguien. No necesito tocarlos. Ni siquiera hablamos. Un sentimiento pasa entre ustedes dos. No estás solo. "~ Marilyn Monroe

Enfrentar tiempos difíciles puede hacer que los niños se sientan aislados y solos. Como resultado de no hacer frente a sus problemas, pueden bloquear sus problemas y no tratar con ellos. Desafortunadamente, las experiencias reprimidas pueden crear esqueletos en el armario que pueden resurgir hasta bien entrada la edad adulta. Es importante que los niños se conecten con otras personas que puedan relacionarse con lo que están pasando y que estén rodeados de personas que realmente se preocupan por su bienestar. El solo hecho de saber que no están solos, y que la gente ha hecho un camino similar y ha sobrevivido, puede ayudar a empoderar a los jóvenes para superar y superar sus problemas.

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Fuente: Hongqi Zhang / Deposit Photos

3. Cree en ti mismo.

Según Bandura (1995), la autoeficacia es:

"La creencia en las capacidades de uno para organizar y ejecutar los cursos de acción necesarios para gestionar situaciones potenciales".

Enseñarles a los niños a creer en sí mismos y en sus habilidades puede ayudarlos a sobrellevar los eventos estresantes. La investigación ha relacionado la autoeficacia con la salud emocional y el bienestar, el afrontamiento exitoso, las conductas saludables y un mejor desempeño en las tareas. Cuando los niños se sienten bien acerca de lo que pueden hacer, son más propensos a probar cosas nuevas, lograr sus objetivos y desarrollar y cultivar sus puntos fuertes.

4. Practica el perdón.

"Es uno de los mejores regalos que puedes darte, perdonar. Perdona a todos ". ~ Maya Angelou

Aprender el arte del perdón a una edad temprana puede ser el regalo de tu vida. Con demasiada frecuencia, el perdón se confunde con el olvido, sin embargo, estos dos conceptos son muy diferentes. El perdón implica enseñarles a los niños que no tienen que cargar con un equipaje emocional pesado y agobiante. Pueden desempacar las cosas hirientes y dejarlas en su pasado, donde pertenecen. Cuando los niños perdonan toman conscientemente la decisión de no dejar que las personas o las situaciones los agobien durante largos períodos de tiempo. Aprenden que aferrarse al dolor solo lastima al espectador.

5. Disfruta hoy.

"No te preocupes porque el mundo llegará a su fin hoy … ya es mañana en Australia". ~ Charles Schulz

Un niño que se preocupa excesivamente pierde algo especial ~ hoy. Hay un dicho de la infancia que dice así … "Tómate un tiempo en el camino para ver lo bueno de hoy". Esta frase de cantar ofrece un ejemplo maravilloso de enseñar a los niños a detenerse y prestar atención al momento en que se encuentran (una técnica basado en la atención plena). Los niños no son demasiado jóvenes para aprender el valor de relajarse y sentir el mundo que los rodea. De hecho, si aprenden esta habilidad a una edad temprana, les ayudará a lidiar mejor con el estrés cotidiano e impactar positivamente en su salud emocional.

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Poner estos cinco principios en práctica puede impulsar la salud emocional de los niños. Los niños emocionalmente sanos pueden disfrutar de la infancia como debería ser disfrutada. Se agarran con fuerza cuando la montaña rusa de la vida se pone un poco áspera o les da vueltas. Sin embargo, no nacen de manera innata sabiendo cómo conquistar las montañas de la vida. Los niños no saben cómo resolver un rompecabezas sin primero se les muestra qué hacer con las piezas. Se les debe enseñar que cuando las cosas se ponen difíciles, pueden superarlas, no están solos, deben creer en sí mismos, pueden perdonar y no olvidar, y lo más importante es que pueden vivir en y para el presente. Es nuestro deber y responsabilidad plantar las semillas del bienestar, cultivar el suelo y observar cómo los niños de nuestra gran nación se convierten en individuos emocionalmente sanos y resistentes.

Este artículo apareció por primera vez en Roots of Action