Saboreando y amortiguando sentimientos positivos

He escrito varias entradas aquí para saborear: las estrategias que las personas usan para mejorar y mantener sus sentimientos positivos. Está claro que saborear contribuye al bienestar, en el momento y en el futuro. Hay diferentes estrategias disponibles, que incluyen compartir experiencias positivas con los demás, crear recuerdos (por ejemplo, tomar fotografías o recuerdos) y sumergirse en la experiencia. También está claro que las personas varían en su uso espontáneo de estas estrategias (Bryant, 2003). Algunos de nosotros saboreamos mucho, y algunos de nosotros hacemos muy poco, con efectos predecibles en la satisfacción y la felicidad de nuestra vida. Y algunos de nosotros incluso mostramos lo que se llama humedecer, lidiar con un sentimiento positivo al tratar de sentirnos peor. La amortiguación implica arrebatar la derrota hedónica, por así decirlo, de las mandíbulas de la victoria (Langston, 1994).

¿Por qué alguien podría desalentar un sentimiento positivo? Puedo pensar en razones: no querer alardear ante los demás, no querer abrigar esperanzas de que el futuro será tan maravilloso como el presente, y así sucesivamente (véase Parrott, 1993). Pero un documento que acabo de leer sugiere otra razón, y esta es respaldada por una serie de estudios de investigación y, por lo tanto, merece ser tomada más en serio que mi mera especulación (Wood, Heimpel y Michela, 2003).

Resulta que la autoestima de alguien influye en las tendencias a saborear y a amortiguar un sentimiento positivo.

Usando una variedad de métodos, encuestas y experimentos, los investigadores de la Universidad de Waterloo demostraron que aquellos con una mayor autoestima saborean sentimientos positivos al usar una o más de las estrategias para mejorar y mantener el buen humor. Por el contrario, aquellos con baja autoestima amortiguan los sentimientos positivos al silenciarlos deliberadamente o distraerse de ellos. Estos patrones se mantuvieron incluso cuando los rasgos de personalidad de extraversión y neuroticismo se midieron y se controlaron estadísticamente. Los ricos psicológicamente se vuelven más ricos.

Usando otros datos obtenidos en sus estudios, los investigadores argumentaron que estos efectos se produjeron porque las personas están motivadas para mantener una visión coherente de sí mismas. Aquellos con una mayor autoestima, personas que les gusta y se valoran a sí mismos, ven la felicidad como un estado consistente con lo que son, y así saborean sus buenos sentimientos. Aquellos con baja autoestima, personas que ni se quieren ni se valoran a sí mismos, ven de manera análoga la infelicidad como un estado consistente con lo que son, y de ese modo desalentan sus buenos sentimientos.

Si esta interpretación es correcta, entonces la consistencia es una influencia más poderosa en los sentimientos que el hedonismo, una conclusión con implicaciones interesantes.

Siempre he pensado que algunas personas no están contentas porque no saben cómo ser de otra manera. No tiene sentido decirle a alguien que se anime si él o ella no sabe cómo hacerlo. Pero quizás otra razón por la que algunas personas no están contentas es porque están motivadas a ser infelices, o al menos no felices, a fin de preservar la visión que tienen de sí mismas.

Los psicólogos positivos han ideado una serie de estrategias para hacer que las personas sean más felices; la mayoría de estos instruyen a las personas sobre qué hacer para ser más felices (p. ej., Seligman, Steen, Park y Peterson, 2005). Los resultados del programa de investigación que he descrito sugieren que las habilidades no siempre son suficientes. La gente también necesita tener motivos para ser feliz, y la tarea del psicólogo positivo aplicado se vuelve más desalentadora.

Tenga un buen día. O tal vez debería decir: mira un buen día como consistente con lo que eres.

Referencias

Bryant, FB (2003). Savoring Beliefs Inventory (SBI): una escala para medir las creencias sobre el sabor. Journal of Mental Health, 12, 175-196.

Langston, CA (1994). Aprovechando y lidiando con eventos de la vida diaria: respuestas expresivas a eventos positivos. Revista de Personalidad y Psicología Social, 67, 1112-1125.

Parrott, GW (1993). Más allá del hedonismo: motivos para inhibir el buen humor y para mantener el mal humor. En DM Wegner y JW Pennebaker (Eds.), Handbook of mental control (pp. 278-305). Upper Saddle River, NJ: Prentice-Hall.

Seligman, MEP, Steen, TA, Park, N., y Peterson, C. (2005). Progreso de la psicología positiva: validación empírica de las intervenciones. American Psychologist, 60, 410-421.

Wood, JV, Heimpel, SA, y Michela, JL (2003). Saboring versus amortiguación: diferencias de autoestima en la regulación del afecto positivo. Revista de Personalidad y Psicología Social, 85, 566-580.