Se como te sientes

El poder curativo de la conexión con los demás.

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Mi propia comprensión del poder transformador de la espiritualidad de Doce Pasos se profundizó después de mi retiro formal de mi práctica médica. No estaba preparado para la crisis emocional que siguió. Durante meses sufrí de insomnio, ansiedad profunda y depresión. Abrumado por sentimientos de vergüenza y fracaso al no poder “superarlo”, me sentí completamente aislado, convencido de que nadie podía entender cómo era ser yo.

Durante este tiempo trabajé como voluntario en un centro de rehabilitación para personas que abusan de sustancias. Un día llevé a dos miembros de su personal a un grupo de AA para que pudieran experimentar el poder de una reunión de Doce Pasos. Fue una reunión abierta a la que había llevado numerosos estudiantes de medicina. Como médico muy conocido en el campo de la adicción, me saludaron calurosamente.

Durante la reunión, una joven afroamericana claramente en circunstancias indigentes se puso de pie para hablar. “Tengo que dejar de usar la olla, pero no sé cómo”, dijo con voz temblorosa. “¿Puede alguien de aquí ayudarme?”

Una mujer blanca bien vestida con un refinado acento sureño le respondió. “Puedo ayudar. Yo también fui adicta a la marihuana, y sé cómo te sientes “.

Esta breve interacción derritió el glaciar de hielo dentro de mí. Si dos mujeres divididas por las barreras reales de la clase y la raza pudieran conectarse tan profundamente, ¿por qué no podría recurrir a la ayuda que claramente necesitaba? Tanto como en cualquier otro lugar, esta reunión de AA fue mi hogar espiritual, y estos individuos en recuperación fueron mi gente. No necesitaba separarme, como si mi carrera como médico y profesor académico me sacara del círculo del sufrimiento humano. Yo era solo otro hombre herido que necesitaba ayuda.

Cuando el líder preguntó si alguien quería compartir algo sobre él o ella misma, levanté la mano. Ya era hora, para ser honesto. Cuando conté brevemente la historia de mi depresión, sentí la aceptación y la comprensión en la habitación como una poderosa presencia física, como si el amor sanador de Dios estuviera a mi alrededor y dentro de mí. Desde ese día en adelante, he entendido lo que significa ser un sanador herido, compartir el camino hacia la recuperación con otras personas heridas.