Síndrome de adquisición de engranajes: comprando con entusiasmo más herramientas de las que necesita

Me gusta comprar, no para artículos de lujo, ropa y automóviles, sino para las herramientas de maestría. Es la influencia de mi padre. Tenía dinero pero también una política muy firme. Gasta en cosas que hacer, no solo para tener. Compró las mejores gaitas, oboe, torno, cámara y caña de pescar, pero se vistió y condujo modestamente porque, dijo, ¿cuál es el punto? Cualquiera puede envolverse en posesiones de lujo. No prueban nada acerca de su valor real.

Para él, la fuente de alegría más confiable era mejorar en algo. La gente viene y va; lo que sucede entre usted y ellos no es confiable. No está completamente bajo tu control. Pero lo que sucede entre usted y una buena herramienta, allí, puede ver lo que realmente vale.

He seguido el consejo de mi padre. Siempre he buscado el dominio, pero siempre me distrae la búsqueda de mejores herramientas. Las compras han valido la pena, pero con rendimientos decrecientes. Mis instrumentos musicales son más que adecuados. Es hora de simplemente leñera, el término de practicar del músico, aislarse en la leñera para perfeccionar sus habilidades.

He tenido lo que los músicos llamamos GAS: Gear Acquisition Syndrome. No estoy solo. Somos millones de "guerreros de fin de semana", como nos llama la industria de la música, gente que gasta lujuriosamente en sueños no correspondidos de maestría musical, personas que mantienen el sueño vivo pero no realizado comprando instrumentos más de lo que los practican.

GAS no se limita a los músicos. La gente compra equipos de ejercicio que no usan, libros que no leen, software que nunca dominan. Comprarlos es la parte fácil y nos da la falsa impresión de que nos hemos convertido en sus amos. Podemos envolvernos en estas herramientas de dominio, como si fueran meras posesiones de lujo que nunca llegan a la leñera y descubrir lo que realmente valemos. Tal vez no queremos realmente conocer nuestro valor, pero preferiríamos disfrutar del vago potencial.

Midlife, vendí instrumentos musicales de una pequeña orquesta para poder enfocarme solo en convertirme en un mejor bajista. Últimamente he estado "adelgazando a la manada" vendiendo bajos y comprometiéndome monógamamente con un buen hacha. Con menos tiempo por delante y la perspectiva de tener que declinar las facultades, finalmente estoy trabajando como si no hubiera un mañana.