Tratar la depresión entrenando su amígdala

Este post fue escrito por Eugene Rubin, MD, Ph.D. y Charles Zorumski, MD.

En un notable estudio publicado en el American Journal of Psychiatry , Kymberly Young y sus colegas informan que los síntomas depresivos pueden disminuirse sustancialmente al entrenar una región del cerebro conocida como la amígdala para responder con mayor fuerza a los recuerdos positivos. La amígdala está muy involucrada en la regulación de las emociones. Investigaciones anteriores han demostrado que la actividad en la amígdala vinculada a la recuperación de recuerdos positivos se ve embotada en las personas deprimidas en comparación con las personas no deprimidas.

En la última década, las técnicas de neuroimagen funcional han avanzado hasta el punto de que es posible medir aumentos o disminuciones en la actividad cerebral en tiempo real, incluso en regiones tan pequeñas como la amígdala. En un trabajo anterior, Young y sus asociados utilizaron una técnica llamada neurofeedback de IRM funcional en tiempo real para mostrar que los individuos pueden entrenar sus amígdalas para aumentar las respuestas hemodinámicas (un sustituto de "actividad") si se les proporcionara retroalimentación inmediata de la actividad de la amígdala en tiempo real durante un tiempo tarea de recuperación de memoria.

En este estudio reciente, 33 adultos con trastorno depresivo mayor moderadamente grave completaron el protocolo de investigación. Ninguno estaba siendo tratado con un antidepresivo. El estudio consistió en cuatro visitas: durante la primera visita, los participantes completaron varias evaluaciones clínicas y de autoinforme de depresión y ansiedad, así como una prueba de memoria autobiográfica. Este conjunto de evaluaciones se repitió en cada visita posterior. Cinco a siete días después de la primera visita, los participantes del estudio completaron la primera sesión de entrenamiento de neurofeedback, y una semana más tarde, completaron una segunda sesión. Durante la cuarta visita, de 5 a 7 días después, los participantes completaron las evaluaciones por última vez.

Al comienzo del estudio, los participantes se dividieron en dos grupos que tenían puntajes casi idénticos en las diferentes escalas de depresión. Un grupo (18 individuos) recibió neurofeedback de la amígdala; el otro (15 individuos) recibió neurofeedback de una región de la corteza parietal que no se sabe que esté involucrada en la regulación emocional.

Una semana después de la primera sesión de neurofeedback, los participantes en el grupo de entrenamiento de la amígdala mostraron disminuciones en los puntajes de depresión en comparación con los puntajes iniciales. Al final del estudio, las disminuciones en los síntomas depresivos fueron aún mayores en este grupo y se asociaron con una mayor actividad de la amígdala durante la recuperación de la memoria positiva. Doce de los 18 participantes experimentaron una disminución de más del 50 por ciento en los puntajes de depresión (definidos como una "respuesta"), y 6 cumplieron los criterios de remisión (definidos como informes de muy pocos síntomas depresivos). Solo 2 participantes deprimidos que recibieron retroalimentación en tiempo real de la corteza parietal demostraron una disminución del 50 por ciento en los puntajes depresivos, y solo 1 remitió.

Quedan muchas preguntas importantes: ¿pueden replicarse estos resultados? ¿Aumentarán las sesiones a un mayor porcentaje de personas que responden y logran la remisión? ¿Cuánto duran los efectos antidepresivos? ¿Pueden las sesiones de entrenamiento de refuerzo ocasional prevenir la recaída? ¿Pueden las personas practicar el método en ausencia de retroalimentación de imágenes para mantener las mejoras?

Actualmente, esta técnica requiere que un individuo se entrene durante varias horas utilizando un equipo de imagen funcional costoso. Sin embargo, si investigaciones adicionales indican la efectividad a largo plazo de este enfoque, es probable que se desarrollen métodos más económicos.

En publicaciones recientes, hemos notado varios enfoques farmacológicos nuevos que podrían proporcionar un tratamiento rápido de los síntomas depresivos graves. Aquí, describimos el trabajo que muestra que una persona puede utilizar la biorretroalimentación para entrenar la amígdala y disminuir los síntomas depresivos en ausencia de tratamiento farmacológico.

Estos hallazgos preliminares respaldan nuevamente la idea de que la investigación de ciencias básicas que examina regiones cerebrales específicas puede proporcionar una forma de desarrollar nuevos tratamientos clínicos.