Mantenga lo correcto en su mundo

En esta época del año, cuando el clima en general es bueno en todo el planeta, muchas personas deciden realizar cambios en los espacios donde viven y, a veces, también en el lugar donde trabajan. Los nuevos colores se pintan en paredes y tragaluces instalados. Los sofás antiguos se reemplazan con los más nuevos. Nuevos geranios se apoderan del espacio de la ventana formalmente ocupado por helechos crujientes ahora.

Los cambios de diseño graduales y atentos mantienen nuestras vidas interesantes. Ellos respaldan nuestras relaciones en evolución con el mundo en el que vivimos.

Sin embargo, los seres humanos aprecian el familiar y rápido cambio dramático. Estar en un espacio al que nos hemos acostumbrado con el tiempo nos ayuda a mantenernos felices y tranquilos, y nos une no solo a ese lugar sino también a las otras personas que pasan tiempo allí. Demasiados cambios, demasiado rápido en nuestro mundo no son buenos ni para nuestro bienestar ni para el de nuestro planeta.

Mantener el estado establecido, mantenerlo en forma de punta, es una buena idea. El mantenimiento hace cosas buenas para nuestra Tierra, porque la energía y los materiales no se utilizan para reemplazar algo que ya tenemos, y nuestras mentes. Mantener el brillo que debería ser brillante y la limpieza sin suciedad nos envía el mensaje, tanto a nosotros como a las otras personas que se encuentran con nuestro mundo, de que respetamos y valoramos quiénes somos y la contribución que hacemos a nuestra sociedad. Sucio, rayado y empañado difunde silenciosamente la idea de que no nos importa vivir en nuestro mejor mundo posible. Claro, algunas cosas están destinadas a adquirir una buena pátina con el tiempo, y esa pátina señala nuestra conexión con un pasado preciado. Y a veces simplemente no hay recursos suficientes -humanos o de otro tipo para mantener todo en los mundos que nos pertenecen libres de manchas de agua y polvo- el factor importante, el que determina si recibimos un estímulo psicológico (o no) de el mundo en el que vivimos es un patrón de comportamiento y un claro esfuerzo constante.

Entonces, mientras inspeccionas tu mundo, no solo pienses en lo que deberías cambiar, también considera lo que debes mantener. ¿A tu alrededor te cuenta la historia de la forma en que te gustaría que se lo dijera? ¿Qué en su mundo está enviando señales silenciosas que quiere que otros reciban, haciéndoles saber (y recordándose a sí mismo) que usted es un conservacionista ardiente, un erudito o un atleta dedicado u otra cosa? Asegúrese de que los remitentes de mensajes importantes estén bien mantenidos, de modo que los cuentos que cuentan sigan siendo convincentes y genuinos.

Un trapo de polvo puede ser una cosa poderosa.